*El uso de estos aparatos electrodomésticos es muy común en la actualidad; sin embargo, se desconocen sus aplicaciones industriales positivas y no se toman las medidas adecuadas para calentar alimentos, pues materiales como el unicel desprenden sustancias carcinogénicas.

*Los hornos no representan riesgo si se usan siguiendo las reglas del instructivo: no calentar líquidos más de 30 segundos; no abrir el horno antes de tiempo y esperar que cese la emisión de ondas para evitar el contacto directo, explicó la investigadora María Elena Sosa.

El calentamiento dieléctrico (microondas) ha producido gran impacto en la historia reciente de la humanidad. Este electrodoméstico se encuentra en la mayoría de los hogares y, sin embargo, sus principios de funcionamiento, sus ventajas y posibles aplicaciones industriales no son tan conocidos.

Así lo explicó la especialista María Elena Sosa Morales, jefa de laboratorios del Departamento de Ingeniería Química, Alimentos y Ambiental de la Universidad de las Américas, Puebla, durante su conferencia “Calentamiento dieléctrico, el uso de los microondas”, durante el Foro Nacional de Ciencia y Tecnología de los Alimentos organizado por la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Colima.

En su ponencia, la académica dijo que las consecuencias por el uso del microondas y la radiofrecuencia, como el efecto cancerígeno, podrían residir en la existencia de sustancias nocivas en la comida debido a recipientes no adecuados para su calentamiento o en la radiación que emiten a su alrededor tales aparatos.

El uso de plásticos no adecuados para altas temperaturas del horno libera dioxinas tóxicas que se disuelven en el alimento, explicó la doctora en Ciencias de Alimentos. Las dioxinas son un grupo de compuestos químicos o subproductos de procesos industriales, que también pueden producirse en procesos naturales como las erupciones volcánicas y los incendios forestales.

Las dioxinas son subproductos no deseados de numerosos procesos de fabricación tales como la fundición, el blanqueo de la pasta de papel con cloro o la fabricación de algunos herbicidas y plaguicidas. No se fabrican deliberadamente, excepto en pequeñas cantidades para trabajos de investigación. De acuerdo con algunos estudios, pueden afectar la salud, aunque todavía se discute de qué manera y en qué cantidades.

Una buena medida para evitar daños, dijo la experta, es retirar los alimentos de sus envases de plástico y calentarlos en recipientes inertes como los de vidrio, cerámica o plástico especial.

Dijo que los hornos no representan riesgo si se usan siguiendo las reglas del instructivo: no calentar líquidos más de 30 segundos; no abrir el horno antes de tiempo y esperar que cese la emisión de ondas para evitar el contacto directo.

Señaló que los factores que afectan el calentamiento de un horno de microondas son la cantidad de alimento colocada y el voltaje suministrado, que en el caso de México oscila entre los 110 y 120 voltios.

Otro origen es el sobrecalentamiento del magnetrón (dispositivo que transforma la energía eléctrica en energía electromagnética en forma de microonda), para lo cual es necesario un tiempo de reposo antes de volver a usarlo, así como colocar en posición adecuada la carga de alimentos.

Recomendó precaución en el aparato que se compre así como revisar las especificaciones del instructivo: “El horno más eficiente proporciona mayor cantidad de calentamiento con el menor consumo de energía; además, antes de elegir un horno se debe considerar el número de integrantes de la familia”.

Dijo que a pesar de ser una tecnología conocida por su uso doméstico, poco se sabe de su aplicación en la industria: la pasteurización, desinfección de frutas y verduras, secado de alimentos, pre tratamiento para el freído y reducción de grasas, así como la extracción de aceites esenciales.

Explicó que los microondas funcionan transformando la energía eléctrica en ondas de alta frecuencia que penetran el interior de los alimentos y provocan fricción entre las moléculas y, por consiguiente, calor.

El microondas presenta la ventaja de que es rápido, su energía es más eficiente y también limpia los productos, los cuales se calientan por la fricción de moléculas dispersas en la cavidad del horno.

Señaló que los mejores hornos tienen la cavidad pequeña porque el calentamiento es más uniforme y se utiliza mejor la energía; además, detalló que la norma oficial mexicana establece que estos aparatos deben describir la potencia de salida y la categoría de la clasificación internacional.

Finalmente, los recipientes como el unicel o ciertos plásticos liberan un compuesto llamado dioxina, material tóxico y cancerígeno que se impregna a los alimentos.