*Guadalupe Quijano expuso que la introducción de la teoría del género en las instituciones ha permitido reconocer que las mujeres juegan un papel indispensable en el desarrollo de la sociedad y que merecen tener los mismos derechos que los varones.

La docente del ISENCO, Guadalupe Quijano García, impartió la conferencia “La teoría de género en el lenguaje”, para generar reflexión sobre la importancia de incorporar conscientemente un lenguaje incluyente, no sexista, en nuestra vida cotidiana y profesional; esto como parte del 6° Encuentro de Investigación y Promoción de la Lectura en México “Género, Discusión y Literatura”, que organiza la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima (FALCOM).

Guadalupe Quijano expuso que el lenguaje no sólo define las diferencias de léxico genérico en las palabras, sino que establece la forma en cómo nos relacionamos en la sociedad.

Asimismo, dijo que el feminismo es un movimiento social que busca la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. A diferencia del machismo, no establece que las mujeres sean superiores a los varones, pues el término apropiado para esta exageración se denomina hembrismo, mismo que una auténtica feminista no aprueba.

De acuerdo a las últimas posturas filosóficas sobre la teoría del género, comentó que lo que definimos como “hombres” y “mujeres” se construye socialmente y que, por el contrario, no hay una ley que limite tales prácticas sociales de identidad a una esencia monolítica, como ha manejado la tradición religiosa a lo largo de la historia de occidente.

La feminista dijo que las mujeres están presentes en función de la sociedad y que, actualmente, hay quienes las consideran sólo como elemento doméstico para reproducir la especie y mantener el orden del hogar. Su trabajo, clarificó, equivale a un 22 por ciento del Producto Interno Bruto, que no se les paga. Además, si no cumplen con tal responsabilidad asignada históricamente, son mal vistas por la sociedad.

Guadalupe Quijano apuntó, en este sentido, que es preciso analizar el discurso hegemónico que invisibiliza el trabajo doméstico de las mujeres y lo considera como un problema secundario.

Finalmente, indicó que la introducción de la categoría de género en la academia es un reconocimiento, debate y desarrollo teórico que costó mucho trabajo conseguir: “El estudio de nosotras, que no somos minoría, es un tema importante para la historia, la economía, la física y la biología”.