02 de diciembre de 2013 19:41:00 horas
*Roxana Enríquez y Joel Torices dictaron la conferencia “El papel de la Antropología Forense en la violencia y desaparición de personas en México”, que organizaron la Fundación UCOL, la Facultad de Derecho y la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
“La antropología forense es una de las ciencias con menos práctica en el país, pese a que se encarga de la recuperación e identificación de cadáveres y la búsqueda de personas vivas”. Así lo dieron a conocer Roxana Enríquez Farías y Joel Torices Armenta, integrantes del Equipo Mexicano de Antropología Forense (EMAF), durante la conferencia “El papel de la antropología forense en la violencia y desaparición de personas en México”, dictada en el auditorio “Carlos Salazar Silva” de la Facultad de Derecho.
Pocas son las procuradurías o SEMEFOS que incorporan antropólogos forenses a sus cuerpos de peritos; esto tiene que ver “más con el desconocimiento de la disciplina que con la falta de ganas, porque cuando se dispone de un antropólogo, se le asigna en áreas como la dactiloscopia, apoyo a médicos u otras; en cambio, el médico y el odontólogo se encargan de realizar esos estudios con base en sus conocimientos”, señalaron los especialistas.
Para ambos, es importante la formación de especialistas en esta área, ya que hasta el momento quienes realizan dicho trabajo son antropólogos o arqueólogos físicos: “Esos conocimientos se han de aplicar a un contexto forense y así se forma un antropólogo forense, porque no hay una especialidad en las escuelas o una capacitación en la materia”, dijo Enríquez Farías, directora General del EMAF.
“Los antropólogos forenses no buscamos competir en la escena del crimen, sino apoyar al médico a entender la causa de muerte y las huellas de violencia; apoyamos la identificación de personas mediante la genética forense; pero no hacemos todo, por lo cual necesitamos biólogos y médicos que se dediquen a la genética”, mencionó Joel Torices Armenta.
En la conferencia hicieron énfasis en la necesidad de los equipos de antropología forense como parte de los cuerpos de peritaje y la importancia de las bases de datos para personas desaparecidas o muertas, ya que a partir de los movimientos sociales y la guerra contra el narcotráfico hay cientos de personas desaparecidas o no identificadas.
De acuerdo con la ONU, la guerra contra el narcotráfico ha dejado cerca de 60 mil homicidios y 15 mil 900 cadáveres sin identificar, mientras que la Secretaría de Gobernación, a través de la Subsecretaría de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos, dio a conocer que existen 26 mil 121 casos referentes a personas desaparecidas ocurridos entre 2006 y 2012.
“Esto nos deja claro que existe un problema de identificación en las diferentes instituciones de justicia; no se trata de acusar de quién hace o no hace, pero sí de hacer algo”, afirmó en la conferencia Roxana Enríquez Farías.
Por tal motivo, en la conferencia organizada por la Fundación UCOL, la Facultad de Derecho y la Comisión Estatal de Derechos Humanos, la especialista mencionó la necesidad de formar profesionales en materia forense, la participación de instituciones de procuración de justicia y la generación de vínculos entre las instituciones académicas y de gobierno, con la finalidad de “dar respuesta a las víctimas de violencia y comenzar el desarrollo de programas de prevención”.