36º Congreso Internacional “Educación para la felicidad”

*“El niño bien educado es un niño que va a ser feliz”, añadió.

Para el asesor educativo Raúl Sánchez Barajas, “el camino hacia la felicidad es la educación, y un niño bien educado se logra no solamente con amor, porque hay amores que matan, y el de padres es uno de ellos si no se sabe dar. Al niño hay que educarlo con tres grandes elementos: conocimiento, autoridad y desde luego amor”.

La felicidad y la educación, añadió, “son términos relacionados. El problema es que a veces los maestros creen que un niño feliz va a estar bien educado; es al revés, el niño bien educado es un niño que va a ser feliz. El niño debe ir a la escuela no sólo a pasársela bien, a estar contento. La diversión misma no es aquella que va a educarlo, sino el juego educativo, el que sirva para que aprenda y desarrolle sus capacidades”.

Raúl Sánchez Barajas fue uno de los conferencistas principales el 36º Congreso Internacional de Educación Preescolar y Primaria “Educación para la felicidad”, que del 24 al 26 de este mes organizó la Universidad de Colima con el apoyo de la editorial argentina EDIBA, en el campus norte de esta casa de estudios.

Para el conferencista, una buena educación consiste en desarrollar dos competencias fundamentales que nos permiten, dijo en entrevista, “enfrentarnos al mundo, y son las que tienen que ver con la comunicación escrita y el pensamiento matemático. Éstas –dijo-- deben desarrollarse desde el jardín de niños, no nada más desde la Primaria o la Secundaria”.

En este sentido, una buena educación, aseguró, “influye para toda la vida en la forma como nos acercamos a estas dos habilidades comunicativas”.

Por último, pidió a los maestros que, al formar a los niños y las niñas en estas dos competencias, utilicen con ellos un vocabulario amplio y rico en significados; “no sólo que hablen claramente sino que sean un abanico grande, una fuente que vaya ampliando sus referentes semánticos y de vocabulario”.

En cuanto al lenguaje escrito, añadió, “hay que poner a los niños a escribir muchas cosas: cartas, bocetos, periódicos, a inferir el contenido de los textos, a hacer documentos que se manejen en el aula. Porque nadie escribe en la actualidad para hacer planas o para hacer ejercicios motrices”.

Sobre las habilidades matemáticas, finalizó, “hay que presentarle problemas al niño que no sean tan difíciles que lo frustren ni tan sencillos que sólo lo diviertan”.

Raúl Sánchez es asesor pedagógico en la Secretaría de Educación Pública y da clases en la Universidad del Valle de México. Tiene una columna en la revista “Maestra Preescolar”. Es autor de los libros En sintonía con la educadora, y Las autoestimas múltiples. Pueden contactarlo en el portal web http://ciap.org.mx/ o al teléfono 55 28 67 3542.