*El estudioso de sus raíces mayas expuso, en el Museo de Artes Populares, que esta cultura madre adaptaba su medición del tiempo a las estrellas, y aseguraba que los grandes acontecimientos se repiten.

Como cada martes, el café literario Noche de encaladillas, que se realiza en el Museo Universitario de Artes Populares (MUAP) “Ma. Teresa Pomar”, presentó un interesante programa para disfrute de los asistentes; en esta ocasión, Abraham Elías Ventura compartió sus investigaciones sobre el calendario maya y sus días sagrados, así como una aproximación a su significado.

Recordó que los calendarios son una invención de los seres humanos para contar el tiempo; entre ellos, dijo, “se encuentran los calendarios romanos, hebreos, griegos, chinos y mayas; la mayoría de ellos se encuentran sincronizados con el sol, la luna y otras entidades de la naturaleza”.

Al referirse específicamente al calendario maya, destacó que esta cultura tenía alrededor de 20 calendarios, pero los más importantes son el Tzolkin o calendario sagrado, de 260 días, y el Ab’, de 360 días más cinco adicionales. “Los mayas desarrollaron sus calendarios con base en observaciones astronómicas y utilizando un sistema numérico y aritmético propio”, explicó.

Abraham Elías Ventura explicó que los mayas sostenían que la historia es cíclica, que los grandes acontecimientos se repiten; “para ello crearon edificios especiales como el observatorio del caracol, el templo del jaguar o el de Kukulkán en Chichen Itzá. Los resultados de sus observaciones establecieron las diversas posiciones del sol con relación a la tierra y se apoyaron también en elementos de la naturaleza como las piedras que servían como puntos de referencia”.

Antes de concluir, enfatizó que el calendario sagrado es matemáticamente perfecto y que su exactitud es la síntesis de siglos de observación y estudio, por lo que se le considera como uno de los más importantes del mundo.

Las personas que deseen asistir a “Noche de encaladillas”, pueden acudir todos los martes al MUAP, donde los estudiantes, además, acreditan actividades culturales y disfrutan de un rico café acompañado de unas deliciosas encaladillas.