“Lo importante es no dejar de hacerse preguntas” Albert Einstein Quizá alguna vez te has preguntado: ¿cuál es la diferencia entre las personas exitosas y las que no lo son? Partiendo del hecho de que somos humanos, técnicamente no existen diferencias entre unos y otros, aunque metodológicamente existen variaciones de enfoque que marcan nuestros comportamientos. Una variación que determina nuestro punto de partida hacia la acción, es el tipo de preguntas que nos hacemos ante un problema determinado o una situación específica. Por ejemplo, si lo primero que preguntas es ¿por qué a mí?, estás en el papel de víctima. Si tu pregunta es ¿cómo utilizo esto en mi beneficio?, o ¿qué tengo que aprender de esto que me sucede?, entonces vamos avanzando, ya que tu perspectiva te da la pauta hacia la actividad o la pasividad. Es importante cuestionarnos también, si realmente sabemos lo que queremos, es decir, lo que pretendemos lograr en nuestra vida. Porque sucede que hay personas que pasan años diciendo que están en la búsqueda de lo que desean, y cuando les preguntas qué es eso que desean, balbucean la respuesta que no han definido. ¿Cómo pretender, así lograr las metas? Si no sabes lo que buscas, jamás lo encontrarás. Si no sabes a dónde vas, cualquier camino puede llevarte. Si lo que encuentras en tu diálogo interno es confusión o múltiples voces que te provocan paralizar tu búsqueda, ve hacia un espacio en el que te sientas cómodo, toma papel y pluma, y formúlate, por escrito, preguntas decisivas que te muestren lo que quieres saber. Pregúntate: ¿qué es lo que más me motiva?, ¿cuál es el sentido de mi existencia?, ¿para qué hago lo que hago?, ¿a qué me dedicaría si tuviera todo el dinero que necesito en mi vida?, ¿qué tiene que suceder para sentirme exitoso?, ¿qué necesito para hacer realidad mis sueños?, ¿cuáles son mis fortalezas y/o mis talentos? Y toma tu tiempo, lo que buscas ya te está buscando, solo es cuestión de ser honesto contigo mismo, y confiar en tus capacidades personales que te llevarán a la realización de todo aquello que te propongas. Einstein dijo hace muchísimo tiempo: las preguntas son más importantes que las respuestas, porque nos permiten ampliar nuestro campo de visión. Pregúntate quién eres y qué piensas en realidad. No lo que te han hecho creer. No lo que te dice la radio o la televisión. O la familia, o las amistades. En la medida en que te conozcas, será más fácil lograr tus objetivos. Cuando sabes exactamente quién eres y lo que quieres, te darás cuenta de los recursos personales que tienes para lograr lo que deseas. Cada persona decide en un momento determinado, su acción y su vida. Consciente o inconscientemente. Tú eliges. Debes creer que realmente tienes el poder de dirigir y transformar tu vida, que solo tú eres responsable por lo que crees y lo que haces. Lo que llamas azar o coincidencia en tu vida, no son más que las rutas secretas que toman las circunstancias para crear lo que en el fondo de nosotros deseamos, lo que en el fondo de nosotros pensamos y atraemos. Por eso es importante saber que la vida que ahora tenemos, es el resultado de nuestros pensamientos, de nuestras emociones que se traducen en nuestras acciones. La diferencia que existe entre las personas prósperas y el resto del mundo, es que las primeras, toman conscientemente el control de su vida y sus decisiones, y por ello, están dispuestas al esfuerzo que se requiere para transformar su realidad, son personas que confían en sí mismas porque se saben poseedoras de capacidades y talentos para tener el éxito que buscan. El resto del mundo, por lo general, no se atreve a ser honesto consigo mismo y prefiere no pensar, ahorrarse el trabajo de elegir y espera que el ambiente le dicte lo que debe ser, pensar y hacer. Esto es fácil de saber, solo basta escuchar de qué hablan las personas de manera cotidiana. Te darás cuenta que la mayoría se queja de casi todo lo que vive, culpa a los demás de sus reacciones y de su manera de ser, y además hablan de sí mismos como seres faltos de oportunidades, de talento. Lo que piensas es lo que paulatinamente conviertes en tu realidad. Debes saber que, tú eres realmente más valioso de lo que piensas. Que cada problema que vives, es una oportunidad de aprendizaje y crecimiento. Aprende a liberarte del miedo, o actúa a pesar de él. Decide tu vida y tu destino. Decide saber en qué creer. Responsabilízate de ti, deja de culpar a los demás por la realidad que tú eliges vivir, o por las palabras y pensamientos que tú eliges crear o reproducir. Nada vendrá del mundo para que tú cambies. Cuando cambies tú, te darás cuenta que el mundo cambia para ti. Pues si quieres resultados diferentes, tendrás que hacer actividades diferentes. Ésa es la diferencia, ser protagonista o solo espectador de tu realidad. Avila, Soydeth. (2015). La diferencia. Revista Vida & Mujer, 5 (65). Recuperado desde: https://issuu.com/revistavidaymujer/docs/revista_vida_y_mujer_enero_2015_web/1 |