Con el objetivo de informar sobre la estrategia de elaborar el Programa Operativo Anual (POA) alineado con los requisitos de la contabilidad gubernamental de 2012 y sobre la estrategia para integrar el Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (PIFI) 2012-2013, se reunieron ayer por la mañana funcionarios y académicos de la Universidad de Colima.

Dicha reunión se realizó en el Archivo Histórico de la Universidad y la encabezaron el rector Miguel Ángel Aguayo López y la directora general de Planeación y Desarrollo institucional, Martha Alicia Magaña Echeverría.

Allí, Miguel Ángel Aguayo pidió a los universitarios que fueran muy realistas con las metas y los recursos financieros que solicitarán en el POA, porque “muchas de las metas no necesitan el acompañamiento de recursos financieros”.

Por su parte, Martha Magaña dijo que el POA es una estrategia que permite operar los compromisos institucionales definidos desde un plan rector; en él se definen las acciones que se realizarán durante un año para lograr los objetivos institucionales que están redactados conforme a una visión de largo alcance.

Indicó que la planeación sirve para tener claridad de hacia dónde se quiere llegar, por lo que es necesario definir acciones concretas para lograr la meta; “nosotros tenemos claridad en los objetivos estratégicos de la institución y también para lograr una visión de largo plazo”, añadió.

Dijo que realizar el POA “permite contar con programas educativos pertinentes y de calidad, buenos servicios a través de las acciones de gestión y una vinculación y extensión que favorecen la formación integral de los estudiantes”.

Comentó que los universitarios ya tienen una cultura de planeación, que empezó en 1997, cuando se desarrollaron los Cuerpos Académicos y los programas operativos anuales, “que en aquel entonces empezaban a hacer todos los directivos, funcionarios, secretarios administrativos, y la gran mayoría de profesores de tiempo completo”.

Martha Magaña comentó que año con año hay proyectos del gobierno federal que ofrecen financiamiento extraordinario a las instituciones, con fundamento en su desempeño y en el logro de los indicadores que las instituciones tienen, y que resulta conveniente aprovecharlos.

Informó, por último, que para concursar por recursos extraordinarios se deben de cuidar los indicadores de resultados, la eficiencia terminal, de titulación, las tasas de retención, el número de estudiantes y académicos en movilidad, los programas que tienen cooperación nacional e internacional y el número de cuerpos académicos consolidados, entre otros indicadores.