*“Son 136 hectáreas de plazas y estructuras inexploradas y de una riqueza histórica invaluable. Es el sitio ubicado geográficamente al norte de la ciudad de Colima, pero históricamente ubicado en el centro de un huracán de intereses económicos”, Roberto Huerta.

Como parte de las actividades de la Jornada del Libro Universitario ALTEXTO 2013 de la Universidad de Colima, se presentó el libro “La campana de Colima. Historia breve y catálogo de piezas arqueológicas del antiguo asentamiento de La Campana, Colima”, de los autores Ana María Jarquín y Enrique Martínez Vargas.

El evento tuvo lugar en el Salón del Vitral de la Pinacoteca Universitaria y contó con la presencia de Roberto Huerta Sanmiguel y de Gabriel Gómez Azpeitia, quienes externaron sus impresiones acerca de la obra. Guillermina Araiza Torres fungió como moderadora.

Roberto Huerta hizo una descripción de la zona arqueológica La Campana: “son 136 hectáreas de plazas y estructuras inexploradas y de una riqueza histórica invaluable. Es un sitio ubicado geográficamente al norte de la ciudad de Colima, pero históricamente ubicado en el centro de un huracán de intereses económicos”.

Agregó que este libro evidencia el trabajo de dos grandes investigadores como son Ana María Jarquín y Enrique Martínez Vargas: “El texto documenta de manera sencilla la enorme historia cultural del sitio, la riqueza de su arquitectura y, de manera particular, es un magnífico catálogo con algunas de las piezas que se han encontrado en el lugar”.

Por su parte, Gabriel Gómez reveló que el libro es sólo el comienzo de muchas otras cosas que se pueden investigar de La Campana, porque “es de gran importancia para los estudiosos de la arqueología del occidente mesoamericano. Está compuesto de dos partes: una breve introducción y el esbozo histórico del sitio; la segunda muestra un catálogo de algunas de las piezas que han sido rescatadas en el sitio”.

Finalmente, la autora Ana María Jarquín agradeció al público y todas las personas que intervinieron en su trabajo: “Estoy agradecida con todos los que me permitieron excavar, investigar y aportar algo a la historia de los abuelos. Este día, de manera simbólica, quiero entregarles La Campana. Hace veinte años me propuse defenderla, conservarla y demostrar su importancia, algo de lo cual se ha realizado, pero falta mucho por hacer”.