*Los tomadores de decisiones y expertos en materia sísmica y vulcanológica deberían conocer la percepción de la gente sobre posibles catástrofes naturales, aseguró la investigadora de la Universidad de Colima durante la presentación de su libro “Vivir en tierra inquieta, inmunidad subjetiva”.

Colima está situada en una zona sísmica y de actividad volcánica; sus habitantes son conscientes de la situación, sin embargo, minimizan el riesgo de vivir en esta área dejando a la suerte, naturaleza o a Dios, decidir sobre sus vidas, lo cual es realmente preocupante, dijo Gabriela del Carmen González durante la presentación de su libro “Vivir en tierra inquieta, inmunidad subjetiva”, presentado en las jornadas del libro universitario Altexto.

Dicho libro se basa en las metáforas que utilizan los colimenses para referirse a estas situaciones de riesgo, ya que “el lenguaje permite acercarnos a lo que la gente piensa y al porqué actúa de esa manera, qué siente y cree; además, los esquemas naturales sirven para reconstruir un fragmento de la realidad”, explicó la autora.

Considera que es tan común esta situación, que los colimenses lo ven natural, pero se torna peligrosa si se deja arraigar en el ambiente: “Tenemos un engaño impuesto, nos hemos tragado la idea de que nunca pasará algo malo y eso nadie lo puede asegurar, por tal motivo, hay que prepararnos para que el daño sea menor, pero resulta más cómodo pensar que Colima es un lugar hermoso y que no pasará nada”, comentó.

Gabriela del Carmen citó algunas frases populares sobre la percepción del riesgo: “Si Dios dice que me muera en un sismo, me voy a morir”; “si el destino dice que me toca, me va a tocar”; “la naturaleza es tan generosa, tan bondadosa, que es imposible que nos pueda hacer daño”; “entonces no tengo que preocuparme por guardar las cosas, por tener los documentos a la mano; total, si Dios o el destino quieren que me muera, me voy a morir”, etc.

Por otro lado, existen personas que tienen conceptos erróneos sobre estos sucesos o los conocen, pero no quieren abundar sobre los términos por miedo. Gabriela del Carmen mencionó que, si se cohesionan estos esquemas, las personas tienden a paralizarse y a no hacer nada, pero este problema no es sólo de los habitantes sino también de algunos tomadores de decisiones.

Es importante, entonces, que los tomadores de decisiones conozcan la percepción de la gente ante el riesgo geológico, lo cual pasan por alto algunos expertos, mencionó Martha Magaña Echeverría, directora general de Docencia de la U de C, durante su participación en la presentación del libro.

Por su parte, Fernanda Fernández, también presentadora y docente de la Facultad de Letras, dijo que esta publicación es un aporte valioso para la planeación de estrategias preventivas del riesgo geológico, pues la suma de los mapas y la percepción de los habitantes permitirán realizar mejores estrategias.