27 de junio de 2014 19:26:00 horas

*Rubén Edel Navarro, de la Universidad Veracruzana, dictó conferencia sobre el tema en la Universidad de Colima.

**“El aula del futuro no supone un equipo tecnológico sino de orden didáctico, ya que la brecha digital ha evolucionado hacia una brecha cognitiva vinculada con los contenidos digitales de calidad, destinados a un aprendizaje también de calidad”, sostuvo.

¿Qué se entiende por competencia digital?, ¿por qué es importante emplear las tecnologías de información y comunicación (TIC) en el proceso de enseñanza-aprendizaje y la evaluación? y ¿qué se entiende por innovación en la práctica educativa?, fueron algunas de las interrogantes sobre la cuales reflexionó el investigador Rubén Edel Navarro, al impartir la conferencia “Las competencias digitales en la práctica docente: retos actuales y futuros”.

En su participación durante el 8^vo Encuentro Universitario de Liderazgo Docente que organizó la Universidad de Colima, dijo que la competencia digital tiene que ver con habilidades informáticas e informacionales. La primera, puntualizó, está relacionada con el manejo de recursos (software y programas) y la segunda con la gestión del conocimiento.

El experto definió las competencias digitales como una amalgama entre las habilidades informáticas e informacionales para hacer un uso responsable de las tecnologías de información y comunicación en entornos virtuales de aprendizaje, pasando por la apropiación y usabilidad pedagógica como un principio en construcción.

El investigador de tiempo completo, adscrito a la Facultad de Pedagogía de la Universidad Veracruzana, señaló tres razones principales por las que el profesor utiliza las TIC en el proceso de enseñanza aprendizaje y evaluación: “Primero, porque dispone de ellas para su uso en el contexto personal e institucional; segundo, sabe utilizarlas y por lo tanto, conoce la relación causa-efecto que tiene que ver con habilidades informáticas para el manejo de los programas y equipo; y tercero, sabe de qué manera podrían apoyar su actividad profesional”.

Dijo que en ocasiones parece que los profesores son más espectadores que creadores de transformaciones educativas, y comentó que “no tiene caso llenar los salones de computadoras si no se tiene un plan de desarrollo digital en el país o de capacitación para los profesores en cuento al uso de la tecnología”.

Respecto al fundamento pedagógico del uso de las TIC, señaló que el aula del futuro no supone equipo tecnológico sino de orden didáctico, ya que la brecha digital ha evolucionado hacia una brecha cognitiva, vinculada con los contenidos digitales de calidad destinados a un aprendizaje también de calidad.

En ese sentido, aseguró que el futuro en la educación no sólo tiene que ver con aspectos de tipo tecnológico sino también con otros de orden didáctico y que, “si bien la tecnología ha logrado un desarrollo importante, la educación sólo ha incluido aparatos, dispositivos a la tarea docente, como herramientas que se van sustituyendo con la aparición de otros”.

A su juicio, la tecnología ha quedado mucho a deber desde el punto de vista educativo al considerar de qué manera ha contribuido para alcanzar la equidad, cobertura y calidad, “conceptos muy presentes en el discurso político”. En segundo punto, de qué manera las instituciones educativas contribuyen fuera de su contexto con el apoyo de la TIC y ponen al servicio de la trasformación social el empleo de la tecnología, son cuestiones a resolver, comentó.

Entre los retos a futuro, dijo que es necesario trasformar las prácticas pedagógicas, emplear las TIC con propósitos definidos, y reconocer todas las posibilidades de la educación mediada por la tecnología en el propio modelo educativo y en beneficio de los estudiantes.

Finalmente, dijo que una propuesta se relaciona con el diseño instruccional y cómo integrarlo a una planeación didáctica que permita conocer lo que se pretende con los estudiantes, considerando sus habilidades cognitivas.