17 de enero de 2012 00:11:38 horas
Nunca permitas que un hombre acomplejado deposite sus problemas en tu persona. A veces su única salvación es hacer que te sientas responsable por ellos, porque es su propia cobardía la que les impide asumirlos como propios. Tú, sintiéndote enamorada o puede que simplemente buena persona, tratas de justificarlo una y otra vez hasta que un día abres los ojos y te das cuenta de que te ha estado utilizando.
Cuesta darse cuenta como a un ser que creías y al que catalogabas como “buena gente” tú no le importas ni le has importado nada, cero. Su único objetivo para contigo ha sido cubrir su ego de macho conquistador y sus necesidades físicas más vitales. Y no es que no las tuviera ya cubiertas, que seguro que si, porque también en su falta de sinceridad se le había olvidado mencionarte que tiene mujer e hijos. Ha sido sencillamente porque su naturaleza de cazador, de macho de la manada le impide ver más allá de su propio deseo físico.
Tratando de ponerme en el lugar de esos seres inseguros de los que ahora hablo, me doy cuenta de eso, de que es un terrible problema de inseguridad. De no confiar en ellos mismos, de cobardía, de no ser capaces de asumir lo que tienen y mucho menos dar un golpe en la mesa y apostar por un cambio si es que de verdad lo quieren. Esta especie mortal de hombre, es incapaz de hablar cara a cara con un miembro del otro genero sin esconderse detrás de su propia mentira. Teme la superioridad de ella, su independencia y que tal vez prefiera una relación en el caso de que llegara a existir; sin ataduras, sin compromisos y sin tener que compartir con el, nada más que una amistad con derecho a roce.
Su miedo a no ser capaz de asumir la respuesta de ella, le lleva a usar armas como la lástima, la pena, la compasión, la amistad. Sentimientos que trata de despertar en el ser del otro género, inventándose la más trágica de las historias. A menudo un matrimonio sin vida íntima, con una malvada mujer como esposa y unos hijos a los que por excelente padre no se quiere dejar.
Menos mal que sólo es cuestión de tiempo y un día sin saber como ni por qué, porque no es que la situación sea única, a menudo ya la has vivido antes, abres los ojos y te das cuenta de toda la película que se había creado y de la cual te había hecho protagonista y entonces dices. Adiós corazón, buen viaje.