20 de enero de 2012 18:13:57 horas
Pronto en sus recuerdos estarás tú. El paso del tiempo hará que mi imagen se desvanezca y se torne borrosa. Los años cómplices del pasado traerán hasta el presente recuerdos fugaces de lo que una vez viví.
Tu cuerpo será nítido, cercano y cuando falte el calor de una mano amiga la que busquen será la tuya. Estarás tú en lugar de yo. Estará tu imagen junta a mí recuerdo, pero estará mi alma en cada momento que les falte por vivir.
Aunque para este mundo me haya ido, estaré secando sus lágrimas con un beso, limpiando sus heridas con mi piel y rodeándoles con mis brazos después de sus caídas. Aunque para este mundo ya no esté, mi corazón se quedará inmóvil, cálido, cercano… Latiendo siempre junto a los míos.
* Con frecuencia cuando un ser querido “se marcha”, pensamos en el sufrimiento de los que seguimos aquí, en como afrontar su perdida y de que forma superar nuestro propio dolor. Seguramente en el mejor de los casos, le hacemos compañía hasta su último momento y ponemos todos los medios a nuestro alcance para paliar su dolor físico. Pero pocas veces nos ponemos en el lugar del que parte y puede que nunca le lleguemos a preguntar qué pasa por su mente o qué es lo que siente cuando ya sabe que su viaje es inminente.