El papel del docente en la evaluación de su práctica, fue el tema que abordó Edna Luna Serrano del Instituto de investigaciones y Desarrollo Educativo de la Universidad Autónomo Baja California, durante las II Jornadas Académicas de la Universidad de Colima.

La evaluación docente responde a las demandas institucionales de los estudiantes, de los mismos profesores y de la sociedad en general, señaló. En México a partir de 1990 la evaluación del docente se implementa y se integra a casi todos los programas de compensación salarial que hay en el país.

Indicó que casi en todas las universidades del país la evaluación del docente se realiza con la finalidad de mejor su función; el 81 por ciento de las universidades en el país asocian la evaluación a los programas de compensación salarial, y por último no hay una relación entre los resultados de la evaluación y los programas orientados a la mejora de la eficacia docente.

“Hay que reconocer que el docente es un profesional tan importante como puede ser un cirujano, ya que, en la práctica, la docencia es una actividad muy compleja.

Edna Luna señaló que ser docente es una tarea compleja porque al profesor se le pide que tenga formación profesional con competencias, que elabore un plan de estudios con las mismas, que planifique su clase, que tenga conocimientos de los alumnos y sus características, que ayude a pensar al estudiante, que establezca una buena relación profesor y alumno, que tome capacitación, que tenga conocimientos de los contextos educativos, que conozca todo lo que tiene que ver con el funcionamiento académico de la universidad, entre otras muchas cosas.

“Entonces, si analizamos esto, podemos entender que la docencia es una actividad muy compleja porque el profesor tiene que poner en práctica todos esos conocimientos y habilidades en cada uno de los días que se para en el salón”.

Resaltó que la competencia en el docente se construye, no se transmite, así que cada profesor la va construir a lo largo de su formación. Por otra parte, comentó que una evaluación que no refleja los puntos de vista de los involucrados no es equitativa, ya que toda evaluación tiene que estar orientada a apoyar el logro de la misión de la institución.

En la actualidad, indicó que se acumulan evidencias que dan cuenta del déficit de las buenas prácticas de evaluación y es persistente la disparidad entre los hallazgos de la investigación y los procedimientos implementados en las instituciones.

Finalmente, comentó que el objetivo fundamental de la evaluación de la docencia es contribuir a la profesionalización del profesor para ayudar al estudiante y fomentar los valores que contribuyan a una mejor convivencia entre los actores así como al sentido de la vida académica.