25 de enero de 2012 15:06:01 horas
Lo cierto es que este dicho nunca ha ido conmigo, siempre me lo paso mejor en compañía de los hombres y sus conversaciones me parecen mucho más amenas y animadas, pero cuando vas a una reunión social donde están ellas y ellos y resulta que tu vinculo con la mayoría de ellas es porque son única y exclusivamente las parejas de tus amigos que son ellos, en algunos momentos haces de tripas corazón y te pones en el lado de las féminas a escuchar sus profundas y trascendentales conversaciones. Justo cuando te vas a sentar escuchas la pregunta de la más nueva que aún no se ha enterado muy bien de la película y te dice; ¿Y tú, no tienes novio o estás casada? Esbozas tu mejor sonrisa y contestas, no bonita, ni lo uno ni lo otro, yo soy un espíritu libre. Como si de un coche de policía se tratara y aunque solo puedes apreciarlo tú en su cabeza se ilumina un neón al más puro estilo las Vegas que pone, ¡¡alerta!! ¡¡alerta!! Inútil; ¿No te das cuenta de que es mi amigo desde el kinder y que si me lo hubiera querido tirar ya lo hubiera hecho? Aún así y como no es la primera vez que te pasa, sigues con tu mejor sonrisa y dispuesta para formar parte de la conversación. ¿Qué toca hoy? ¿El cole de los niños? ¿Los kilos? ¿La cesta de la compra? ¿Cómo han cambiado ellos? ¿Los amigotes?... Ah, no! hoy tocan los milagros de la thermomix. Las maravillas de la máquina que lo hace todo y además todo bien. Postres, salsas, pasta, pan y hasta la Tarta de Santiago ¿Hará maridos a medida? Y no lo digo por mí, lo digo por ellas, porque parece que en una reunión de mujeres comprometidas o felizmente casadas si no hablas de los fallos de tu pareja no estarás bien vista por el resto. Así que como la conversación no me interesaba, no tengo marido y tampoco thermomix me fui de nuevo al bando de los hombres, de donde nunca tenía que haber salido.