Autor Mayra Inés Araiza Hernández Un estilo educativo se entiende como el conjunto de ideas, creencias, valores, actitudes y hábitos de comportamiento que los padres mantienen respecto de la educación de sus hijos, y guían y orientan su relación con ellos. El desarrollo del estilo educativo de cada familia, de cada padre o madre, depende de la presencia e intensidad de los componentes de apoyo o afecto, control, valores y creencias de los padres (Olivares et al., 2006). Cada familia tiene un estilo de educar diferente, según el temperamento de los padres, la propia experiencia de cómo fueron educados, la moda educativa, las ideas que circulan sobre aspectos educativos, etc. Otras posibles influencias son los valores que defienden, los aspectos culturales (Steinberg, 1981), los recursos materiales y emocionales con que cuentan los padres, la personalidad de éstos y de los hijos (Belsky, 1984), y la vivencia de su propia educación. El estilo educativo adoptado por la familia ejerce una influencia directa en el desarrollo de la conducta del hijo, y en las decisiones que tomará a lo largo de su vida. Según el modelo de Maccoby y Martin (1983), los estilos educativos parten de dos DIMENSIONES: a) Exigencia paterna: hay dos tipos, los padres que establecen estándares altos para sus hijos y exigen que los cumplan, y los que muy rara vez les exigen y tratan de no influir en la conducta de sus hijos. b) Disposición paterna a la respuesta: por un lado están los padres que aceptan y responden a sus hijos, saben dialogar con ellos y negocian verbalmente; por otro, se encuentran los padres que rechazan a sus hijos y no muestran ningún interés en darles respuestas. 68 Los estilos educativos que describen estos autores son tipos puros a los que los padres se acercan más o menos, y sirven para reflejarse y reflexionar sobre su propio actuar. · Autoritativo-recíproco · Autoritario-represivo · Permisivo-indulgente · Permisivo-negligente |