Para esta pregunta se enlista una serie de valores considerados oportunos para preguntarles a los docentes y de alguna manera conocer los valores que dicen los maestros que son los que más enseñan o practican en sus clases diarias; de esta manera se formuló la siguiente pregunta. Pregunta 5.- De la siguiente relación de valores, señala desde la A (nunca) a la E (siempre) las posibilidades que le brinda su tarea docente cotidiana para poderlos inculcar en sus alumnos: En el siguiente cuadro se pueden apreciar claramente los valores que más trabaja el profesor colimense y los valores que faltaría por reforzar con sus alumnos durante su práctica diaria. Los valores se encuentran ordenados de una manera lógica iniciando con aquellos que tienen una valoración mayor hasta los que tienen un menor valor y por lo tanto, son los menos trabajados. En el gráfico GR5, que presentamos a continuación, igualmente, se ha variado, el orden para resaltar cuales están tratados por los maestros de manera adecuada y cuales, según nuestro criterio, no están tratados adecuadamente. De esta manera consideramos como valores ideales a aquellos que en la opción “E” superan el 70%; como buenos los que se encuentren entre el 70 y 40%, y como mal tratados, aquellos cuya valoración se encuentre por debajo del 40%. Graficas 5: POSIBILIDADES QUE BRINDA LA TAREA DOCENTE COTIDIANA DE LOS MAESTROS COLIMENSES PARA INCULCAR LOS DISTINTOS VALORES EN LOS ALUMNOS De esta manera, consideramos como valores tratados de forma “ideal” el de disciplina, responsabilidad, respeto, solidaridad, honestidad, no discriminación, cooperación, juego limpio, higiene, confianza en sí mismo, amistad y tolerancia; consideran que se les da un tratamiento “adecuado” al: esfuerzo, igualdad, autonomía, la ed. cívica y ética, ed. para la paz, ed. ambiental, y educación sexual y francamente mejorable, el tratamiento que se hace de la : educación vial, ed. financiera y educación para el consumo. La realidad de la sociedad colimense retrata fielmente el panorama descrito en el gráfico GR5 en cuanto a los valores poco tratados por los maestros. Basta observar el tráfico urbano para darnos cuenta de que la educación vial es pobre: conductores que no respetan a otros conductores o a peatones, peatones que no respetan las señales de circulación y ponen en peligro su propia vida, etc. Ante esta realidad, se hace más que necesaria una mejor formación vial para crear ciudadanos cumplidores de las normas y respetuosos con conductores o viandantes, y sin duda alguna, se reduciría el alto índice de accidentes. Una adecuada educación vial en la escuela, se hace doblemente necesaria, no solo porque contribuye a una reducción de las tasas de mortandad por accidentes de tráfico, sino porque este es un valor que es poco tratado en el seno de la familia y casi ausente o muy escasamente tratado por las autoridades de las distintas administraciones con competencias en el tráfico urbano. Algo parecido a la educación vial ocurre con la educación financiera; aunque no se llegue a la tragedia que supone, en un buen número de casos un accidente de tráfico; el déficit prolongado en educación financiera repercutirá, sin lugar a dudas, en el progreso de cualquier País. Como nos muestra la tabla T5 y de forma visual, la gráfica GR5 la educación financiera tiene un escaso tratamiento por los maestros colimenses, a pesar de estar recogido como tema transversal en los últimos Programas de Educación Inicial y Básica (oficiales), y para mayor desgracia, el tratamiento por parte de la familia es casi inexistente. Si conseguimos concienciar con este estudio, del valor que representa para una sociedad, cualquiera que sea el estamento en que se mueva un ciudadano, una adecuada educación financiera, esto permitirá a los jóvenes de hoy, adultos del futuro tomar decisiones que les hagan prosperar, tanto a nivel personal como a nivel de sociedad. Respecto a la educación para el consumo, nos encontramos una situación parecida a la anterior. Los maestros a pesar de estar obligados por los Programas de Educación Inicial y Básica (oficiales), ya que la contemplan como un tema transversal, no suelen aprovechar las circunstancias que les brida su actividad docente cotidiana para incidir en una educación para un consumo crítico y responsable, tampoco es un valor en el que se haga mucho hincapié desde la familia o desde campañas institucionales, por lo que la triste realidad de los jóvenes colimenses es que carecen de una formación adecuada para un consumo crítico y responsable, como prueba de lo anterior basta observar los altos índices de obesidad en la población en general, y especialmente preocupante la de carácter infantil y juvenil. La educación para el consumo, debe permitir conocer y valorar a niños y jóvenes sobre la pertinencia en un momento determinado de una adquisición, sobre la bondad o no del consumo de ciertos tipos de alimentos, los conocidos como comida rápida, basura o chatarra y sobre todo las excelencias de los alimentos conocidos como saludables. Los datos obtenidos, nos resaltan la urgencia de lanzar programas que orienten y suplan las deficiencias formativas encontradas; González, F. (1992) nos dice que los ejes transversales son contenidos de enseñanza y de aprendizaje que no hacen referencia, directa o exclusiva a ningún área curricular ni a ninguna edad o etapa educativa en particular, sino que son contenidos que afectan a todas las áreas y que deben ser desarrolladas a lo largo de toda la escolaridad, he ahí su carácter transversal, y han de bajarse con la intención de crear una sociedad más segura que la encamine al progreso en todos los ámbitos. |