“El dragón inmóvil en aguas profundas se convierte en presa de los cangrejos”
Proverbio Chino
En el frío de la noche me invento, escucho a los fantasmas danzar tras la puerta mientras la lluvia abraza el sopor de los que vagan sin vigilancia.
El sonido del agua se comunica con los seres elementales que yacen en el interior de los sueños, disuelven los reflejos y se pierden entre las sombras de la imaginación.
Ser mutable es también ser versátil y la naturaleza del agua me recuerda las distintas maneras de ser real en este acertijo, entre los deseos y los rostros.
Voy así, desenmascarando juicios, las garras descubren el origen de una maldición que acecha. Promesas que soportan el peso de un pecado que a veces vale la pena. Morir en la ausencia, en el abismo donde confinadas las esperanzas se amarran a la puerta.
Volcar la mente sobre el insomnio de las sábanas, retar a los demonios que se esconden en la almohada, imágenes que dan vueltas, gritos que se ahogan en la soledad de la madrugada, preguntas que exigen palabras y un deseo de que el sueño de la Ondina termine ya.