Diccionario, - Acción directa Es un método de lucha preconizado por algunas corrientes anarquistas que consiste en la realización de sabotajes u otros operativos de tipo armado por pequeños grupos clandestinos.
Durante la década de los ochenta del siglo XX, en Francia una organización anarquista que practicaba la lucha armada revolucionaria tuvo el nombre de Accion Directa.
La acción directa se expandió en el movimiento obrero europeo tras el aplastamiento de la Comuna de París en 1871, en una etapa en la que el reflujo de la lucha de clases y la represión desataron la cólera de algunos anarquistas que promovieron espectaculares acciones armadas. En Rusia los populistas ejecutaron al zar en 1881, el Presidente de la República francesa cayó en 1884, la emperatriz de Austria en 1898, el rey de Italia en 1900, el presidente de Estados Unidos en 1901 y así sucesivamente. Todas estas acciones no tenían ninguna relación con el partido del proletariado ni tampoco con el movimiento de masas, resultando un fiel espejo de la propia cruel persecución a que la burguesía sometía a las masas, manifestada en réplicas individuales y aisladas.
Al igual que los blanquistas, los partidarios de la acción directa desconfían de la capacidad revolucionaria de las masas y sobrevaloran la actividad de los pequeños destacamentos clandestinos de combatientes. Por eso la acción directa está vinculada en el pensamiento libertario a dos de sus elementos claves: la predilección por las sociedades secretas y el desprecio por la teoría. Ellos consideran que no es necesario un trabajo paciente entre las masas de agitación y educación política, que las acciones armadas por sí mismas son capaces de esclarecer su conciencia política, y hablan de propaganda por el hecho.
El partido comunista apoya todas las acciones que van dirigidas contra el capital y su Estado, sin importar la ideología de quien las realiza, especialmente cuando esas acciones contribuyen a animar a los obreros y a las masas en sus luchas. En la actualidad, cuando el capitalismo ha entrado en su fase imperialista, esas acciones se han convertido en una práctica habitual de los revolucionarios de todos los países que los militantes comunistas deben impulsar, no dudando en colaborar con quienes la practican porque el criterio revolucionario no se fundamenta en la ideología, que puede ser diferente, sino en la práctica, que debe está enfilada contra el mismo enemigo y, por tanto, propicia la unidad de todas las fuerzas verdaderamente revolucionarias. Sin embargo, el partido comunista no puede admitir la ideología con que los anarquistas envuelven la acción directa, ya que ninguna acción de ningún grupo, por espectacular que sea, puede sustituir a la lucha proletaria de masas, que es la única que conduce a la revolución, ni cabe tampoco menospreciar la gran importancia de la teoría revolucionaria, sin la cual, tampoco puede haber revolución.Enciclopedia, México, Colima, Revista Electronica Fumarola, Noticias LeeColima, Lee Colima