Diccionario, - Acondicionamiento de aire Con la posible excepción de algunas pequeñas máquinas que trabajen en entornos favorables, es recomendable que todas las computadoras tengan una atmósfera libre de polvo, dentro de unos límites especificados de temperatura y humedad relativa.
Tal control es sólo posible mediante el uso de equipos de climatización, que realicen las funciones básicas de mantenimiento de la temperatura del aire dentro de los límites requeridos, bien mediante extracción del calor, o bien suministrando o haciendo circular el aire y manteniendo la humedad relativa, introduciendo o extrayendo humedad tal como se precise.
Es aconsejable recomendar que el equipo se utilice y almacene a una temperatura de 21 ± 1 oC y una humedad relativa de 50% ± 5%, aunque estas condiciones pueden rebajarse si no están instalados dispositivos de almacenamiento magnético.
Variaciones sobre las condiciones recomendadas pueden conducir al sobrecalentamiento de los componentes electrónicos y los problemas de humedad pueden crear cargas de electricidad estática debidas a fricción entre los artículos en movimiento, tales como tarjetas perforadas y cintas magnéticas y los equipos que las manejan. Si la atmósfera es demasiado seca, estas causas pueden provocar en los dispositivos y artículos móviles un mal funcionamiento.
El aire acondicionado también impide la entrada de polvo mediante presurización de la sala de la computadora con aire fresco para crear un flujo hacia el exterior del aire procedente vía ventanas o cualquier filtración por otro lugar.
Aunque muchos tipos de computadoras pueden trabajar en atmósferas incontroladas, previendo que el exceso de calor sea disipado, lo que puede resultar difícil incluso para una minicomputadora en determinadas circunstancias, no sucede lo mismo con respecto al polvo, ya que la inmensa mayoría de ellas, unas en mayor grado que otras, son muy susceptibles al mismo. Aunque el colapso no sea inmediato, la seguridad puede verse comprometida por los daños que las partículas de polvo pueden producir en las cabezas y en las superficies de grabación.
El polvo puede originarse o bien procedente del exterior de la sala de la computadora producido por actividades en habitaciones o edificios anejos, o por operaciones industriales cercanas, o bien en el interior de la misma, debido a manipulaciones de papel, desprendimientos de muros o paredes, o fibras procedentes del techo o de los aislamientos de la sala.
Si la presencia de polvo plantea problemas deben examinarse muestras para determinar su origen. Una vez que se ha identificado la procedencia del polvo, puede ser posible vencer el problema en sus fuentes.
Las personas que acceden a la sala de la computadora pueden también introducir polvo en las ropas y en el calzado.
Los medios que deben adoptarse para paliar el problema del polvo incluyen:
— Filtrado del aire. Es importante que los filtros se limpien o cambien en los períodos apropiados o llegarán a bloquearse y el alza de presión resultante forzará a las partículas de polvo.
— Manipulando el papel en una habitación separada de la sala de la computadora.
— Aspirando el polvo regularmente de la sala de la computadora, incluyendo los huecos del falso piso.
— Limpieza periódica de todos los muros, pisos y paredes.
— Prohibición de introducir en la sala comidas, bebidas, así como el fumar.
En la práctica, cabe distinguir tres niveles fundamentales de climatización:
1. Ausencia de climatización. La temperatura es la soportada por las personas, variando entre los 15 oC y 35 oC. La higrometría está situada normalmente entre el 40% y el 65%. No se dispone de elementos de filtrado contra el polvo.
2. Climatización simple. Asegura una temperatura comprendida entre 18 oC y 30 oC, con variaciones inferiores a 5 oC por hora.
La higrometría se mantiene entre el 40% y el 65%, con variaciones inferiores a 5 oC por hora, siendo capaces de eliminar las partículas de polvo de dimensión superior a 5 micras.
Esta climatización puede realizarse por uno o varios climatizadores autónomos. Estos climatizadores pueden funcionar en circuito cerrado o con introducción de aire fresco. En este último caso, están semiencastrados en la fachada.
Están indicados para la climatización de oficinas y son suficientes, a menudo, para acondicionar el aire de un local de tratamiento que abrigue un sistema informático del tipo minicomputadoras, siempre que éstas no presenten extrema sensibilidad ante los gradientes de temperatura en función del tiempo, caso muy habitual en dicho tipo de equipos.
Se debe, en la medida de lo posible, dotarle de un sistema de regulación automática de funcionamiento, así como de los medios que permitan un filtrado del polvo.
3. Climatización total. Es indispensable para un funcionamiento coherente de los sistemas informáticos medianos y grandes.
La temperatura se mantiene sobre 21 oC ± 1 oC y con variaciones inferiores a 5 oC por hora.
La higrometría es mantenida en un 50% ± 5%, con variaciones inferiores al 5% por hora.
El 90% de las partículas de polvo superiores a 1 micrón son eliminadas por filtrado del aire.
La climatización total exige una central de acondicionamiento del aire y una instalación específica de los locales acondicionados.
Es útil a los informáticos conocer los principios generales del tratamiento del aire con el fin de comprender la razón de ser y las posibilidades de un sistema de acondicionamiento del aire.
Los «frigoristas», para determinar la potencia del sistema de aire, proceden a una recogida de datos en una hoja de cálculo. Junto con la hoja de datos se tienen los elementos necesarios para establecer los oportunos cálculos. Los cálculos se establecen para un promedio de diferencia de temperatura de 6 oC a 7 oC entre el interior y el exterior y para coeficientes medios de transmisión de calor entre los muros y/o las paredes. El punto de la hoja de cálculo es equivalente a un valor de 2 frigorías/hora.
Esta forma de determinación de la potencia frigorífica es válida para una climatización simple. En el caso de una climatización total, los cálculos son más complejos, teniendo en cuenta como factores particulares las aportaciones debidas a las radiaciones solares sobre los muros y las ventanas, en función de la orientación, del o de los coeficientes de absorción de los muros, techos y ventanas, y de los factores de reducción que dependen de las protecciones y aislamientos.
Estos cálculos conducen al establecimiento de un balance térmico que, evaluando la carga calorífica total, permite la determinación de la unidad de acondicionamiento de aire mejor adaptada a las necesidades.
Un sistema de acondicionamiento de aire comprende:
1. Una unidad de acondicionamiento que incluye:
— Una toma de aire exterior.
— Un sistema de humidificación del aire.
— Una batería de frío con compresor.
— Un ventilador.
— Una batería de calentamiento.
— Un sistema de filtrado de aire.
2. Un sistema de distribución del aire.
3. Un sistema de recuperación del aire.
4. Un conjunto de mandos y de control de las condiciones ambiente de los locales y un dispositivo de alarma sonora y/o visual.
5. Eventualmente, un equipo registrador que permita el control continuo de la temperatura y del grado de humedad del aire (termohigrógrafo).
La unidad de acondicionamiento es un conjunto complejo del que se muestra un esquema del principio frigorífico.
El enfriamiento del aire está asegurado por los evaporadores de la central, que sirven también de deshumificadores. El frío es producido por compresores frigoríficos herméticos que utilizan fluidos, como el freón, utilizados como agentes frigoríficos.
En el condensador se produce la transferencia de calor entre el aire y el fluido. Se utilizan varios tipos de condensadores, entre los que cabe destacar los siguientes:
— El condensador de agua utiliza agua corriente que se pierde después. El consumo de agua es de 3 a 5 m3/h, lo que es prácticamente despreciable ante una utilización permanente (de 2.500 a 4.500 m3 por año). Se puede utilizar agua no corriente, menos cara que el agua corriente, pero que es preciso decantar y filtrar antes de su paso al sistema de enfriamiento.
— El condensador de aire, aunque de un costo más elevado en la instalación, tiene la ventaja de ser de funcionamiento más económico. Se instala en un subsuelo o en un local adaptado o, aun lo más frecuente, en el exterior. Es relativamente silencioso, pero conviene, sin embargo, tomar precauciones contra el ruido, principalmente en las zonas habitadas.
— El condensador atmosférico, o torre de enfriamiento, es del mismo principio de funcionamiento que el condensador de agua. Su costo de explotación es muy bajo.
La elección entre los diversos tipos de condensadores es un tema de oportunidad. El condensador de aire es el más simple de mantenimiento, pero a potencia de unidad de acondicionamiento de aire igual, libera un número menor de frigorías (alrededor del 10% menos).
Los condensadores de agua o atmosféricos imponen el uso de un agua muy limpia y muy pura con el fin de evitar el bloqueo de los circuitos interiores. Su mantenimiento, en el caso de funcionamiento con agua muy calcárea, precisa de una verificación periódica. El costo de instalación de un condensador de aire es un poco más elevado que el de otros tipos, pero plantea muchos menos problemas de mantenimiento.
La humidificación del aire se obtiene a partir de una admisión de agua finamente pulverizada en un comportamiento de humidificación. Se utilizan también humidificadores por calentamiento eléctrico para producción de vapor.
El calentamiento del aire se realiza mediante agua caliente o, más frecuentemente, por una batería de resistencias eléctricas. Se puede limitar en el tiempo el funcionamiento de esta batería utilizando el circuito general de calefacción cuando éste atraviesa los locales a climatizar.
El aire vuelto a tomar en el local climatizado y el aire exterior aportado pasan a los circuitos de filtrado, que retienen el 90% de las partículas de dimensión superior a 1 micrón. Los filtros deben limpiarse periódicamente, con una media de al menos una vez por trimestre.
El automatismo del funcionamiento de la unidad de acondicionamiento del aire está asegurado por termostatos e higrostatos, cuyas medidas tomadas en los locales climatizados controlan y modifican las condiciones de funcionamiento, conectando si ha lugar el o los dispositivos de alarma sonoros y/o visuales.
La circulación del aire en los locales climatizados está asegurada por un ventilador, lo que tiene por objeto el situar estos locales en ligera sobrepresión. El mismo circuito de ventilación asegura al mismo tiempo la toma de aire por depresión del volumen necesario para la recuperación. El aire acondicionado puede hacerse circular:
— Por el falso piso, con recuperación por el falso techo.
— Por el falso techo, con recuperación por el falso piso o por los rodapiés.
— Por una combinación de las dos formas precedentes.
Las potencias frigoríficas de las unidades de acondicionamiento del aire varían de 5.000 a 60.000 frigorías. Esas potencias cubren ampliamente las necesidades de climatización de los sistemas informáticos corrientemente utilizados. Los grandes sistemas precisan unidades especiales o la puesta en paralelo de varias unidades de acondicionamiento que aseguren la climatización ante cualquier fallo, en alguna de las unidades.Enciclopedia, México, Colima, Revista Electronica Fumarola, Noticias LeeColima, Lee Colima