Diccionario, - Rusia En El Imperio Austro-hungaro El sistema feudal en Rusia se prolongó hasta mediados del siglo XIX, más que en otros países europeos. El gobierno era compartido por el emperador o zar y los nobles o boyardos, junto con el clero. La mayor parte de la población la conformaban campesinos y siervos muy pobres. Su consolidación como Estado nacional se dio con el zar Iván III, pero empezó a fortalecerse con la política expansionista y de centralización del poder de Iván IV, quien por su crueldad era llamado el Terrible, el cual se impuso a los feudales. Hasta entonces, este país había tenido poco contacto con los países de Europa occidental y no se había desarrollado tanto como éstos Pedro I, el Grande (1672-1725), se dio cuenta de este atraso y al viajar por Europa occidental y ver las diferencias entre aquellos países y el suyo. Fue por eso que para facilitar las comunicaciones con aquella región, estableció el puerto de San Petersburgo, conquistó costas que habían pertenecido a Turquía en el mar Negro, para contar con salida al Mediterráneo. Llevó a Rusia técnicos, maestros artesanos y sabios de Europa occidental que contribuyeran al progreso de su país e introdujo reformas para modernizar el sistema de gobierno, la industria, la construcción de barcos y la organización del ejército. Pedro I fue un monarca absoluto, ya que gobernó sin convocar a la Duma (Asamblea) y sometió a la Iglesia ortodoxa rusa para que no interfiriera en su gobierno. Si bien la nobleza perdió fuerza, se rodeó de funcionarios que obedecían sus órdenes, pero no terminó con la servidumbre y los campesinos siguieron viviendo casi en esclavitud. El siguiente gobierno, el de la zarina Catalina I, llamada la Grande, conquistó territorios de Polonia y Turquía. La expansión territorial abarcó el norte de Asia y llegó por el oriente hasta Siberia. Esta última conquista fue muy importante, no tanto por su extensión como por sus recursos naturales. Posteriormente, se construyeron en esas regiones grandes líneas de ferrocarril, como el Transiberiano –el más largo del mundo con más de 9 000 km– que va de San Petersburgo a VladivostokEnciclopedia, México, Colima, Revista Electronica Fumarola, Noticias LeeColima, Lee Colima

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El sistema feudal en Rusia se prolongó hasta mediados del siglo XIX, más que en otros países europeos. El gobierno era compartido por el emperador o zar y los nobles o boyardos, junto con el clero. La mayor parte de la población la conformaban campesinos y siervos muy pobres.

Su consolidación como Estado nacional se dio con el zar Iván III, pero empezó a fortalecerse con la política expansionista y de centralización del poder de Iván IV, quien por su crueldad era llamado el Terrible, el cual se impuso a los feudales.

Hasta entonces, este país había tenido poco contacto con los países de Europa occidental y no se había desarrollado tanto como éstos
Pedro I, el Grande (1672-1725), se dio cuenta de este atraso y al viajar por Europa occidental y ver las diferencias entre aquellos países y el suyo. Fue por eso que para facilitar las comunicaciones con aquella región, estableció el puerto de San Petersburgo, conquistó costas que habían pertenecido a Turquía en el mar Negro, para contar con salida al Mediterráneo.
Llevó a Rusia técnicos, maestros artesanos y sabios de Europa occidental que contribuyeran al progreso de su país e introdujo reformas para modernizar el sistema de gobierno, la industria, la construcción de barcos y la organización del ejército.

Pedro I fue un monarca absoluto, ya que gobernó sin convocar a la Duma (Asamblea) y sometió a la Iglesia ortodoxa rusa para que no interfiriera en su gobierno.

Si bien la nobleza perdió fuerza, se rodeó de funcionarios que obedecían sus órdenes, pero no terminó con la servidumbre y los campesinos siguieron viviendo casi en esclavitud.

El siguiente gobierno, el de la zarina Catalina I, llamada la Grande, conquistó territorios de Polonia y Turquía. La expansión territorial abarcó el norte de Asia y llegó por el oriente hasta Siberia. Esta última conquista fue muy importante, no tanto por su extensión como por sus recursos naturales.

Posteriormente, se construyeron en esas regiones grandes líneas de ferrocarril, como el Transiberiano –el más largo del mundo con más de 9 000 km– que va de San Petersburgo a Vladivostok

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