Diccionario, - Tipos de playas - geografía La forma de una playa depende de cómo las corrientes de deriva litoral y el oleaje distribuyen los sedimentos. A pesar de la variedad podemos distinguir varios tipos de playas agrupados en dos familias: playas libres y playas bloqueadas, dependiendo de si los sedimentos se encuentran atrapados por la topografía o no.
Entre las playas libres distinguimos: playas de cola de cometa, que se desarrollan detrás de un obstáculo, islote o escollo, debido a la reducción de la velocidad de la corriente de deriva tras el obstáculo y en paralelo al oleaje medio. La cola de la playa puede alcanzar la costa si se encuentra próxima. El punto de contacto puede colmatarse con lo que se forma una playa de tómbolo. Las playas de tómbolo unen la costa con un islote. Si el obstáculo es suficientemente grande se crea una playa de tómbolo en cada lado, dejando en el centro una laguna. En mares con mareas vivas las playas de tómbolo se ven interrumpidas por pasos. Si la corriente de deriva es muy fuerte la playa de tómbolo se reduce a una playa de espiga, que se forma por la destrucción del depósito. Por último, si los aportes sedimentarios son muy abundantes se forma un cordón litoral por delante de la playa de espiga. Se forman así tómbolos triples.
Las playas bloqueadas se disponen perpendicularmente al oleaje medio. Entre las playas bloqueadas distinguimos: las playas adosadas a la costa; suelen tener forma de arco y son muy estables. Se sitúan en ensenadas abiertas entre promontorios. Las playas de ensenada son continuamente enriquecidas por aportes, ya que no pueden desalojar partículas. En costas acantiladas de trazado rectilíneo es más difícil a formación de playas. Se forman, no obstante, playas de tránsito, que se desplazan a lo largo de la corriente de deriva a impulsos discontinuos. Por el contrario, en las costas bajas sin acantilados las arenas colmatan las pequeñas irregularidades lo que hace aparecer playas largas y rectilíneas. Estas playas tienden a conformarse de manera rectilínea aún cuando existan entrantes, bahías. En el contorno de los entrantes aparecen flechas, depósitos adosados al litoral por uno de sus extremos. En ellos se acumulan arenas que forman fondos altos. Sobre ellos, las olas de temporal favorecen la aparición de grandes ondulaciones paralelas a las olas, llamadas barras de antecosta. El oleaje normal las amontona haciéndolas emerger y formando las flechas. La flecha termina en una especie de gancho curvado hacia el interior. En la zona interior el gancho existe un punto muerto móvil llamado fulcrum. Esta movilidad permite la formación de sucesivas flechas superpuestas.
Las flechas pueden adoptar diversas posiciones con relación a la línea de costa: oblicuas cuando el oleaje medio es también oblicuo a la línea de costa; flechas de centro de bahía, dispuestas de espaldas a la línea de costa, y dejan pasos para las corrientes de marea; flechas de entrada de bahía, que se desarrollan desde uno de los extremos, es la más común, y tienden a transformarse en flechas de obstrucción, que encierran lagunas. No obstante, las corrientes entre la bahía y el mar abierto dificultan en cierre completo de la flecha. En los estuarios es la corriente fluvial la que mantiene abierto el paso. Este tipo de flechas reciben el nombre de poulier, y el canal abierto el de musoir.
Las barras de antecosta, cuando emergen, forman cordones litorales libres, lidos.. Con el tiempo estas barras alcanzan las puntas salientes de la costa y dejan encerradas lagunas y albuferas. Estas barras también tienen un dibujo arqueado, debido a que las corrientes son más fuertes en el centro que en ellos extremos. No obstante, estas barras están rotas por pasos, graus, que permiten el intercambio del agua entre la laguna y el mar.
Influencia del clima
A pesar de que estas formas de playa se desarrollan en todas las latitudes también existen peculiaridades debidas al medio morfoclimático.
Las playas de los dominios de la zona fría se ven favorecidas por la abundancia de materiales sueltos, aunque de gran tamaño y a pesar de la presencia de hielo en la línea de costa, que dificulta la formación del depósito.
Las playas de los dominios de la zona tropical húmeda se caracterizan por su longitud y la finura de sus materiales, aportados por los grandes ríos. Las acumulaciones alcanzan rápidamente su equilibrio y permiten el desarrollo de grandes flechas y cordones litorales que encierran un rosario de lagunas, llamadas restingas. En estas playas es frecuente el gres de playa, una especie de arenisca formada por arena, conchas y gravas más o menos cementados por calizas. Estos depósitos están ligeramente inclinados hacia el mar, con el mismo ángulo que el de la playa.
Las playas de los dominios de la zona templada tienen gran cantidad de formas heredadas, sobre todo de formaciones periglaciares y glaciares. Pero además, las características del oleaje varía con las estaciones, lo que provoca períodos constructivos y destructivos, y gran movilidad de los depósitos.Enciclopedia, México, Colima, Revista Electronica Fumarola, Noticias LeeColima, Lee Colima