Diccionario, - Trasplante de árboles Trasplantar consiste en extraer un árbol, palmera, arbusto, etc. del suelo y volverlo a plantar en otro lugar, o bien, pasarlo a un contenedor o maceta.
En INFOJARDIN hay artículos que explican el trasplante de palmeras y el trasplante de arbustos. A continuación veremos el caso de los árboles, tanto pequeños como de gran porte.
. Razones para trasplantar
Los motivos para tener que trasplantar pueden ser muy diversos. Por ejemplo, es frecuente la falta de previsión por desconocimiento del tamaño que adquiere de adulto una especie; al cabo de los años, ha crecido demasiado para el espacio disponible y sencillamente estorba. Consejo: antes de plantar averigüa si esa especie es de tamaño grande, mediano o pequeño y si dará en un futuro problemas ahí o no.
El trasplante no siempre es posible. Un ejemplo muy obvio es cuando no puede entrar una pala o grúa (los cepellones son muy pesados y precisan medios mecánicos para su transporte). Quizás pueda entrar una palita mecánica pequeña.
En otras ocasiones la mala salud del ejemplar hace que no merezca la pena intentarlo: caries, ramas secas, muy envejecido, débil, enfermo, etc. Esto habrá que evaluarlo en cada caso, pero la mayoría de las veces sí merece la pena. Recuerda que un árbol adulto tiene un gran valor económico.
2. Consideraciones generales respecto a los trasplantes
• Un árbol pequeño es siempre más fácil de trasplantar que uno grande. Agarran más fácilmente y su menor peso y volumen ayudan a un traslado más cómodo.
• Si el ejemplar a trasplantar es grande, te aconsejo que pidas asesoramiento a empresas o profesionales de tu zona y que te hagan un presupuesto. Si es un árbol pequeño, puedes hacerlo tú, aunque necesitarás ayuda para trasladarlo (el cepellón suele pesar bastante).
• Todo trasplante supone un trauma tremendo para la planta: pierde raíces y recibe una poda, a veces, fuerte. El cambio a su nueva ubicación también le afecta: otra situación de sol, sombra, tipo se suelo, viento, etc.
• Hay especies más difíciles de trasplantar; en cambio, otros árboles son muy duros y agarran bastante bien.
Árboles que sufren mucho con el trasplante son:
• Coníferas: Ciprés, Cedros, Tejo, Abetos, Juniperus, Leylandi, Pinos (el Pino carrasco -Pinus halepensis- es más resistente), etc.
• Acacias y Mimosas (difíciles)
• Albicia (Albizzia julibrizzin)
• Algarrobo (Ceratonia siliqua)
• Grevillea (Grevillea robusta)
• Casuarina (Casuarina spp.)
• Ficus elastica
• Madroño (Arbutus unedo)
• Olmo (Ulmus pumila)
• Ombú (Phytolacca dioica)
• Roble (Quercus robur)
En cuanto a las especies duras que toleran mejor esta operación tenemos: Olivo, Plátano, Tipuana, Fresno, Liquidambar, Robinia, Castaño de Indias, Acer palmatum, Sauces, Chopos (Populus), Ailanthus, Morera, Ginkgo...
3. Época
Los trasplantes siempre se deben hacer cuando la planta esté en reposo, o sea, en invierno. Hacerlo en primavera o verano supone dejar al árbol sin apenas raíces en un momento en el que las hojas y las flores están pidiendo mucha agua. Finales de otoño también puede ser buena época, pero NO en zonas mediterráneas, donde los otoños son cálidos y las plantas siguen creciendo.
En invierno, debe evitarse los momentos de más frío y con heladas.
A veces, hay necesidad urgente de trasladar un árbol sin posibilidad de esperar al invierno. En este caso los riesgos de fracaso aumentan y es preciso esmerarse mucho más en la operación, empezando por extraerlo con un cepellón de tierra más grande.
4. Casos en el trasplante de árboles
Lo primero que debes hacer es ver cuál es tu caso.
¿Es una especie de hoja caduca o de hoja perenne?
¿Es un árbol joven o adulto? No es lo mismo un árbol pequeño que un ejemplar centenario, obviamente.
¿Es una especie delicada al trasplante o más resistente?
Según sea el caso se procede de una manera u otra. Veamos:
1. Si la especie es de hoja caduca y joven, árbol pequeño de hasta unos 3 años aproximadamente, se puede trasplantar 'a raíz desnuda', es decir, sin tierra pegada en las raíces. Se excava alrededor y se saca con cuidado con las raíces casi limpias, peladas.
Como ejemplo de trasplante de árbol pequeño y hoja caduca, que admite por tanto el trasplante a raíz desnuda, podemos poner el caso del arranque de árboles en vivero productores de árboles. Se cultivan en líneas en una parcela y se arrancan para su venta, bien con las raíces desnudas o bien con una masa de tierra pegada a las raíces (cepellón) que se envuelve en tela de arpillera para que no se desmorone.
2. Si la especie es de hoja caduca y el ejemplar es un árbol grande, no vale sacarlo a raíz desnuda, sino con cepellón.
3. Si la especies es de hoja perenne, independientemente del tamaño que tenga, siempre hay que trasplantarlo con cepellón, obligatoriamente.
Por tanto, vemos que casi siempre, excepto que sea árbol caduco y pequeño, habrá que preparar un cepellón, es decir, una masa de tierra adherida a sus raíces.
5. Los pasos serían:
1. Riega el día antes para que la tierra esté húmeda: así se podrá cavar mejor y la tierra quedará pegada a las raíces.
2. Abre una zanja alrededor del árbol con la azada y ve profundizando hacia adentro hasta que quede suelto el cepellón con forma tronco-cónica. Si es un gran ejemplar, esta zanja se puede abrir con una pala mecánica.
También existen máquinas de alto rendimiento que lo sacan directamente y luego lo depositan en el agujero lugar de destino. Este método, poco a poco se va imponiendo y hay empresas especializadas en trasplante de grandes ejemplares. (Ver fotos inferiores)
El tamaño adecuado del cepellón dependerá de la especie, pero cuanto más grande sea, mucho mejor, sobre todo en el caso de las especies delicadas.
3. El cepellón se envuelve con un geotextil, una tela de yute, arpillera, una lona o un plástico resistente y se ata fuertemente para que no se desmorone dicho cepellón en el traslado. Es vital que no se rompa y queden las raíces sueltas.
4. Lo mejor para evitar el desmoronamiento del cepellón es escayolarlo. Esto consiste en envolver el cepellón con una tela metálica (malla conejera) o bien, con tiras de esparto, y luego se aplica escayola. Al día siguiente el cepellón ya está sólido, firme y duro y se puede mover sin riesgo de rotura.
El escayolado se puede hacer en cepellones de cualquier tamaño, pequeños o grandes. Si la especie es delicada, por ejemplo, un Pino, una Mimosa, etc., aunque el cepellón sea pequeño, lo más aconsejable es escayolarlo para tener la tranquilidad de que no se romperá; ya que si ocurriera ésto, sería mortal.
Insisto que el escayolado no es obligatorio, el cepellón puede que tenga suficiente consistencia para mantenerse compacto en el traslado simplemente envolviéndolo con tela de arpillera y atándola fuerte, pero si se quiere asegurar su integridad, lo mejor es escayolar.
5. Para especies delicadas al trasplante, por ejemplo, Coníferas, es mejor hacer la extracción en 2 pasos. Todas las Coníferas tienen una raíz principal gruesa que cuando se corta para trasplantarlas le daña muchísimo y el arraigo en su nuevo lugar se complica. Se procede así:
Un invierno se cava la zanja como si fuésemos a extraer el árbol y se vuelve a tapar con tierra dicha zanja. Pero no lo extraemos hasta el invierno siguiente, abriendo otra zanja justo por fuera de la anterior. Se escayola el cepellón y ya se puede sacar. Así, en dos pasos, cortando la raíz principal un año más tarde que las demás raíces es lo mejor. Ocurre que muchas veces hay prisas y no se puede esperar un año entero. En ese caso, los riesgos de fracaso aumentan. Hay que tomar un cepellón lo más grande posible pues.
6. Poda: si el árbol es de hoja caduca, corta las ramas a la mitad. Es una poda algo severa, pero dará lugar a un crecimiento más rápido y más vigoroso después de trasplantar.
Si el árbol es de hoja perenne, con recortar sólo un poco, es suficiente, ya que tantas hojas no podrán ser alimentadas de agua por unas raíces maltrechas y provocaría la seca del árbol una vez agotada la savia del tronco y ramas. Las Coníferas no se podan en absoluto o muy poco.
6. Plantación
Ya está el árbol con su cepellón preparado (escayolado o no), se traslada al sitio y hay que plantarlo.
1. El traslado generalmente exige medios mecánicos (en la pluma de una pala, un camión-grúa...) o varios hombres. Si está cerca, se puede hacer arrastrándolo.
2. Antes de abrir el agujero para plantarlo, debes tener en cuenta si hay en la zona tuberías de riego, conducciones de agua, gas, electricidad, etc.
3. Si el agujero lo haces varios días o meses antes para que se oree, mejor.
4. El hoyo debe ser amplio, de 2 a 3 veces la anchura del cepellón y profundo. Así las raíces podrán crecer con facilidad en un suelo suelto, mullido.
5. Mezcla la tierra extraída con un abono orgánico: estiércol, turba, mantillo, etc. Las raícillas que vayan saliendo encontrarán un medio adecuado y rico. Si el suelo es muy arcilloso o con tendencia al encharcamiento, se recomienda mejorar el drenaje mezclando una buena cantidad de arena además del abono orgánico.
6. No aportes abono químico en el momento de plantar; con el abonado orgánico es suficiente.
7. Antes de plantarlo recorta las puntas de las raíces magulladas o rotas y las que sean muy largas. Es bueno desinfectarlas con un fungicida como medida de prevención. Esto será necesario en el caso de trasplante 'a raíz desnuda', que como dije anteriormente, se puede practicar sólo con árboles de hoja caduca y además que sean jóvenes, no más de 3 años aproximadamente.
8. Para asegurar que el agua llegue a la base del cepellón cuando se riegue, un buen truco es colocar en la zanja uno o dos tubos de plástico que lleguen al fondo del hoyo, por el que se verterá el agua. Se le llama 'macarrón'. Este truco es interesante en el caso de árboles grandes, en los pequeños, no hace falta el 'macarrón'.
9. Introduce el árbol en el hoyo procurando que el cuello no quede enterrado, sino a ras de suelo, como estaba originalmente. Si el árbol se hunde demasiado las raíces tendrán problemas de oxigenación y se desarrollarán peor.
Sólo en climas muy húmedos, donde el drenaje sea malo o sean normales periodos de encharcamiento, la plantación se hará algo más alta sobre el nivel del suelo, con una ligera pendiente, a modo de suave loma.
10. Las sogas y tela de arpillera se pueden dejar tal como están enterradas, porque se degradan. Sin embargo, se ayuda a la expansión de las raíces si se retira la protección del cepellón, sea una arpillera, geotextil, lona o escayola. Si no retiras la escayola, por ejemplo, pícala y hazle agujeros, pero como digo, mejor retírala.
11. Ve añadiendo tierra y asentando con el pie o el palo de la azada para eliminar las bolsas de aíre.
12. Entutora con firmeza al árbol. Puedes usar palos, estacas o tirantes. Recuerda que no tiene raíces que lo sujeten y está suelto; el viento lo podría tirar y tronchar las raíces en crecimiento. Las ataduras deben ser de material flexible, que no produzca rozaduras. Si es un ejemplar grande puedes usar 3 cuerdas tensas o Enciclopedia, México, Colima, Revista Electronica Fumarola, Noticias LeeColima, Lee Colima