*“No todos los psicópatas son asesinos, pero sí todos los asesinos –sobre todo los seriales– son psicópatas”, añadió. La mente psicópata o psicopática es una variedad de la personalidad, por lo que en la vida cotidiana existe gente que no mata a los demás, pero que sí los molesta. Así que “no todos los psicópatas son asesinos, pero sí todos los asesinos –sobre todo los seriales– son psicópatas” dijo el especialista en psiquiatría de la U de Colima, Jorge Torres Hernández. Y es que existe el mito de que sólo los asesinos son psicópatas y por lo tanto están enfermos. Sin embargo, Torres Hernández descarta este hecho. Dijo, al participar en la Expo Neuro 2013 organizada por la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima, que ésta no es una enfermedad, sino una forma de ser, pero aclara que existen personas que desarrollan esta característica en una mayor medida; por el contrario, existen mecanismos de defensa como el alter ego o el Superyó, que se utilizan como recursos emocionales, éticos y morales que impiden que esta conducta se exprese. Dicho mecanismo de defensa se presenta cuando aún no se han dañado el lóbulo frontal y el sistema límbico, ya que cuando esto sucede, los neurotransmisores, la glucosa que alimenta al cerebro y la transmisión eléctrica que se da en esas zonas generan que la gente experimente cambios en su personalidad, hasta dejar de tener un juicio crítico –algo que caracteriza a los asesinos seriales–. “Una persona puede dañar la cabina de un teléfono y sentir placer; ahí vemos una conducta psicopática porque deja una lesión a la sociedad y además es una conducta asocial”, explicó el catedrático de la Facultad de psicología. Sin embargo, en los asesinos seriales se presenta la pérdida de relación entre la inteligencia y la emoción (entre el lóbulo frontal y el sistema límbico), de tal suerte, dijo Jorge Torres Hernández, que el individuo pierde su juicio crítico. Entonces “se aferra a estos circuitos y va conformándose una especie de anestesia ante el sufrimiento del otro, o peor aún el desarrollo de una sensación placentera ante el sufrimiento. La persona que mata a otra ya no la ve como persona sino como una cosa.” Debido a lo anterior, una persona desarrollará conductas psicopáticas cuando no pueda lidiar, por ejemplo, con el estrés cotidiano o no pueda superar un evento que haya marcado su vida, ya que de acuerdo con estándares de psicología, los cambios están relacionados con el trastorno de personalidad psicopática o trastorno disocial. Los síntomas que una de estas personas presentan, de acuerdo con el catedrático, son la despreocupación cruel por los sentimientos de los demás y una incapacidad para sentir empatía, es decir, ponerse en los zapatos del otro. Para el especialista en psicología aplicada, el paciente afectado con este problema requiere la intervención de un equipo multidisciplinario (psicólogos, médicos, trabajadores sociales, entre otros). “Tal vez lo mejor que podemos hacer como sociedad es promover conductas preventivas de abordaje de estas problemáticas, y en caso de cosas imposibles dejar que la ley decida”. |