Obra de un solo acto que conmemoraba el misterio eucarístico y se presentaba de un modo alegórico, con personajes bíblicos y simbólicos. Encargadas por el ayuntamiento o por la corte, estas obras eran representadas en escenarios al aire libre por actores profesionales; dos o más carros móviles contiguos servían de camerinos, así como de decorados escénicos, a menudo completados con rebuscados efectos técnicos. Son una derivación de los autos medievales a través de las farsas sacramentales. |