*El reconocimiento llega cuando el Ballet celebra treinta años de haberse presentado por primera vez y luego de haber sido considerado uno de los Siete Tesoros Culturales del Estado, en el certamen convocado por el Bureau Internacional de Capitales Culturales y la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado.

Para Rafael Zamarripa Castañeda, que el Ballet Folclórico de la Universidad de Colima haya merecido la Medalla Lázaro Cárdenas del Río, máximo galardón que otorga esta casa de estudios, “es un reconocimiento espléndido, mayor que cualquier cosa que este grupo de artistas pudiera haber esperado”.

Éstas fueron las primeras palabras del maestro Rafael Zamarripa, director del Ballet Folclórico y destacado artista visual, al enterarse de la noticia.

La medalla se entregará mañana jueves, a las 19:00 horas, durante una ceremonia solemne del Honorable Consejo Universitario, que se realizará en el Teatro Universitario y que será transmitida en vivo por Universo FM (94.9).

El Ballet Folclórico fue reconocido “por convertirse en embajador de nuestra cultura en más de 15 países del mundo y por su alto sentido de compromiso con la danza”, según quedó establecido en el dictamen.

“Es verdaderamente importante –comentó el maestro Zamarripa–, que hayan vuelto los ojos a unos artistas extraordinarios, valiosísimos, que calladamente trabajan siempre y que por fin les llega un reconocimiento maravilloso”.

El reconocimiento llega, además, cuando el Ballet celebra treinta años de haberse presentado por primera vez y luego de haber sido considerado uno de los Siete Tesoros Culturales del Estado, en el certamen convocado por el Bureau Internacional de Capitales Culturales y la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado.

Rafael Zamarripa asegura que él sólo firma, “porque alguien tiene que dar la cara”, pero que el esfuerzo y los logros son de los jóvenes talentosos que él dirige.

Es, añadió, “un grupo extraordinario de artistas universitarios que avala Zamarripa, pero ellos son los valiosos, y van a saber apreciar esta distinción, esta presea”. Se trata, dijo por último, de “una distinción enorme, de dimensiones colosales, que seguramente no va a hacer más que obligarnos a trabajar más”.