*María Teresa de la Garza, fundadora del Programa Universitario de Bioética de la UNAM, estuvo en la Escuela de Filosofía para impartir un curso sobre cómo debe transmitirse este conocimiento a los pequeños.

**Adriana Mancilla Margalli, directora del plantel, dijo que buscan la obtención de un diplomado en esta metodología, con reconocimiento de la Academia Mexicana de Filosofía para Niños, para asesorar a escuelas colimenses.

Maestros y alumnos de la Escuela de Filosofía reciben capacitación para obtener su certificado como educadores nacionales e internacionales que, a su vez, formarán a otros en filosofía para niños, adolescentes y jóvenes.

Ésta ha sido, desde hace tres años, una preocupación de la comunidad de Filosofía de la Universidad de Colima, quien tomó cartas en el asunto para empezar a contribuir a la fuerte demanda de jóvenes pensadores críticos.

Con el apoyo de la doctora en Filosofía por la UNAM y fundadora del Programa Universitario de Bioética, María Teresa de la Garza, el plantel dota a futuros educadores de las herramientas para que niños, adolescentes y jóvenes puedan organizar la información, interpretarla y actuar, “algo que no es fácil si solamente aprenden desde pequeños a repetir y memorizar”.

“El problema es que los niños, aparentemente, no aprenden a pensar en la escuela sino a memorizar contenidos”, explicó la doctora de la Garza, y aseguró que hay que plantear otra forma de abordar la educación “a través de la lógica, de una metodología regida por procesos lógicos donde se discipline el pensamiento para analizar, evaluar y poder llegar a conclusiones válidas”.

También miembro de la Federación de Filosofía para Niños, de la Garza dijo que esta metodología enseñada desde pequeños les permite pensar de manera más precisa, “y al llegar a la universidad son estudiantes evidentemente avanzados, aprovechan los conceptos reflexivamente, piensan con claridad, certeza y autonomía; piensan sobre la realidad, sobre lo que leen y tienen una postura fundamentada”.

Desde 1986 trabaja en la Federación Mexicana de Filosofía para Niños y acude a diferentes lugares y escuelas, “pero las escuelas privadas son las que nos piden que trabajemos el pensamiento con los niños, y es en las públicas en donde más hace falta porque son un mayor número de alumnos que tienen menos posibilidades de acceder a la cultura”.

Reconoció el trabajo que se realiza en la Escuela de Filosofía de la Universidad de Colima, donde estudiantes y maestros trabajan con niños de zonas marginadas para que mejoren sus condiciones de aprendizaje. Los universitarios –dijo de la Garza– lo hacen de manera voluntaria y utilizan lo aprendido en los cursos de filosofía para niños. Esta vinculación les dará opciones de vida muy distintas a los niños marginados, una acción loable muy destacada y muy interesante, resaltó la estudiosa.

Al respecto, la directora de la Escuela de Filosofía, Adriana Mancilla Margalli, agregó que buscan la diversificación con dos cursos de formación en Filosofía para niños, los cuales, sumados a otros dos cursos y un proyecto de intervención que realizará cada participante, darán lugar a la obtención de un diplomado en esta metodología, con reconocimiento de la Academia Mexicana de Filosofía para Niños.

También, dijo, con esta certificación será posible hacer de la escuela un Centro de Filosofía para Niños con reconocimiento oficial y autorizado para la capacitación y formación de nuevos cuadros, así como para la asesoría a escuelas y dependencias del área educativa.