Una pequeña cantidad de toxina diftérica, una proteína, se inyecta bajo la piel del antebrazo y se observa la reacción. Si se produce enrojecimiento e inflamación no existe inmunidad para la difteria, y la vacunación es beneficiosa. Esta prueba fue desarrollada por el pediatra norteamericano,de origen húngaro, Bela Schick (1877-1967). |