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Decreto 479, Aprueba reformar la fracción 8, del artículo 11, de la ley de educación del Estado de Colima, Se autoriza el incremento de 3 horas de educación física, en la educación básica.

Decreto 479, Aprueba reformar la fracción 8, del artículo 11, de la ley de educación del Estado de Colima, Se autoriza el incremento de 3 horas de educación física, en la educación básica.



13 de marzo de 2015 10:38:59 horas

Por Bernardo Santa Cruz Enriquez
Comunicación Social del Colegio Colimense de Profesionales de La Educación Física

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Miembros del Colegio Colimense de Profesionales de la Educación Física:

Ivan Ocón
Miembro del Colegio.

Hector Icaza
Presidente del Colegio

Macela Heredia
Tesorera

Betsy Navarrete
Miembro del Colegio.

Rafael Navarrete
Secretario del Colegio

Esaú Fernández
Miembro del Colegio

Noé Navarro
Vicepresidente del Colegio

Decreto en Documento PDF
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Consulta la propuesta:

 

 

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COLEGIO COLIMENSE DE PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN FÍSICA, LA RECREACIÓN, EL DEPORTE Y CIENCIAS AFINES A.C. (CCPEFRDCA)

 

“Porque la práctica de la actividad física sea un estilo de vida saludable”

                  Nº DE REGISTRO SE: DEP/L2RCP/04/2013

 

 

                              

 

ELEMENTOS PEDAGÓGICOS Y BIOLÓGICOS QUE FUNDAMENTAN LA NECESIDAD DE INCREMENTAR EL  NÚMERO DE SESIONES DE EDUCACIÓN FÍSICA POR SEMANA

Hoy en día, son muchos los autores (Savin [1990], Jessipov [1967], Camacho [2003], Absialimov [1977], López y Vega [s/f], Torres [1998], Matveev [1983], Seybold [1971], Sánchez [2005], Vázquez Mota [2007], etc.., que no hablan acerca de la importancia y el valor de la educación física y de los beneficios que esta puede reportar para el individuo; más aún, se refieren también a los efectos y el impacto positivo que la misma ofrece a la población cuando estamos sumidos en un profundo problema de  sedentarismo y de toda una serie de malestares que ello trae consigo, entre otros la obesidad, la diabetes, la hipertensión, problemas de estrés y muchos otros  que ahora se conocen como males de la vida moderna. Sin embargo y pesar de los avances que esta misma materia tienen, poco se ha hecho por atacar de fondo uno de los principales problemas que esta actividad arrastra: el bajo número de sesiones de educación física por semana y con ello, los poco o nulos efectos positivos que la misma ofrece y que todos estos autores argumentan. Es por ello que a continuación se presenta una fundamentación de carácter pedagógica y biológica, que pretende resaltar la necesidad e importancia de incrementar el número de clases de educación física por semana, esperando con ello contribuir a la solución de problemática antes descrita.


FUNDAMENTACIÓN PEDAGÓGICA

 

De acuerdo a Savin (1990, p. 69) “El desarrollo del pensamiento es un proceso complicado y largo. Este proceso tiene éxito si el trabajo del desarrollo del pensamiento tiene un sistema determinado” (Principio de Sistematización). Este mismo autor indica que: el hombre ha recorrido un largo y difícil camino en el conocimiento del mundo circundante y el motor de este conocimiento se representa en la práctica social a través del estudio de la misma y esto último es la tarea del maestro al organizar la forma en como promoverá este estudio entre sus alumnos, dado que la enseñanza, a diferencia del conocimiento tiene lugar bajo la dirección del maestro.

En la enseñanza hay que considerar los objetos y fenómenos que rodean a la persona, que influyen en los órganos de los sentidos, que repercuten en su conciencia, que se reciben, se presentan y generalizan de acuerdo con leyes, principios y reglas.

Si el objetivo del conocimiento es un medio para el estudio de los fenómenos del mundo exterior, significaría que el alumno tendría que sintetizar estos fenómenos con sus conocimientos científicos, dirigiendo sus fuerzas a estabilizar y recordar el material de estudio.

El conocimiento es el producto de la percepción cognoscitiva por las personas de los fenómenos reales, de las leyes de la naturaleza y de la sociedad. Los conocimientos existen en forma de hechos, principios y leyes (y la educación física se constituye como una forma de conocimiento no solo practica <hechos>, sino también con un corpus teórico que fundamenta en <principios y leyes> tanto desde la parte biológica como pedagógica y científica).

Los alumnos asimilan no todos los conocimientos sino sus bases, que han sido elaborados y reunidos especialmente en asignaturas escolares. La asimilación de los conocimientos (este tema se tratará más adelante, apoyándonos en los trabajos  de Jean Piaget) se considera como una actividad complicada para los alumnos y para lo cual se ha diseñado todo un proceso  de enseñanza que consiste en la organización sistemática de los mismos a través de subdividir este proceso en etapas a asimilar. Dichas etapas son: Percepción, comprensión y generalización de los conocimientos, reafirmación y aplicación de los conocimientos.

 

Tales etapas presentan una serie de características específicas que son el objeto de estudio del profesor para su posterior aplicación en la dirección del aprendizaje del alumno. Y dicho objeto es organizado y estructurado de forma sistemática.

Tal organización y estructuración está hecha conforme a la didáctica con base a una serie de principios de la enseñanza considerados como las pociones rectoras o de partida, que determinan la enseñanza y el estudio en correspondencia con los objetivos de la educación.

Para el efecto del propósito de este trabajo, nos centraremos en dos de ellos: El principio de sistematización y el Principio de  Continuidad.

El Principio de Sistematización de la enseñanza y del aprendizaje y de la vinculación de la teoría con la práctica, nos dice que la literatura pedagógica ha mostrado reiteradamente que la juventud necesita hacerse de los conocimientos sistemáticos que se perfilan a su alrededor, y para ello, la sistematización y la sucesión presuponen:

·         La distribución lógica y la consecuente de los contenidos por periodos de tiempo suficientes para el logro de la enseñanza, para que ésta, se apoye en los conocimientos adquiridos anteriormente en el proceso de estudio de cuestiones afines.

·         La disposición sucesiva del material en cada campo del conocimiento.

·         La exposición y dirección sistemática y consecuente del material por el maestro;

·         Un sistema estructurado en la organización de trabajos prácticos, de ejercicios, así como también, calcular y comprobar los conocimientos, hábitos y habilidades de los alumnos.

De acuerdo con Jessipov (1967, p.221 y citado por Savin 1990, p. 83), El sistema de los conocimientos es la condición cardinal de su aplicación y la relación con la vida y la práctica es el factor fundamental para la asimilación profunda del sistema.

A partir de lo anterior, se plantea la importancia de la Unidad de la Teoría con la Practica, en donde la practica representa el punto de partida para conocer el mundo circundante como criterios más preciso y más fiel de la veracidad de los conocimientos; en tanto que la teoría permite el análisis y la reflexión de esa práctica y del conocimiento de ese mundo circundante.

La estrecha relación de la teoría de la práctica se alcanza mediante el proceso de las actividades diversas de los alumnos, dirigidas estas a su participación en la vida de nuestra sociedad.

 

 Por su parte, Camacho (2003) indica que:

La Clase de Educación física es parte de un sistema que está determinado por toda la problemática social, económica y cultural que gravita en la escuela y que no puede considerarse como un espacio aislado y sin contaminación, y por esta razón, cada sesión de trabajo debe ser preparada previamente para garantizar una enseñanza de calidad; ya que es importante tener en cuenta al momento de prepararla que el tiempo destinado es en realidad muy escaso: 2-3 horas semanales en el mejor de los casos, de lo que se deduce que el tiempo real de trabajo de esta área es más reducido que el de cualquier otra área del plan de estudios, por lo cual, es necesario darle máxima utilización con miras a obtener máxima eficiencia (p. 121).

Aunque de cualquier modo, esto no resuelve el problema de fondo, y como ejemplo, se puede considerar la distribución de las cargas horarias dentro del plan de estudios de la educación primaria (1993), en donde algunas asignaturas como matemáticas y español  se destinan poco más de 230 horas anuales a cada una, en tanto que a la educación física y artística se les destinan tan sólo 40 horas anuales a cada una.

Derivado de lo anterior, Absialimov (1997) señala:

La Educación Física como un proceso pedagógico emana de las leyes objetivas del proceso de educación. Las leyes más generales del proceso pedagógico se reflejan en los procesos pedagógicos generales: la conciencia y la actividad, la intuición y la individualización, la sistematización…Para el trabajo práctico de la educación física no basta con saber estos principios en el aspecto que los estudia la pedagogía general, ya que es evidente que en la educación física hay que guiarse por otros criterios basado en la propia Teoría de la Educación física, y a partir de los medios y los métodos específicos de esta última (p. 47).

Desde el punto de vista pedagógico, esta necesidad se fundamenta en el Principio de Sistematización, mismo que plantea El trabajo docente educativo requiere que éste se realice mediante un sistema determinado. En la base de este requisito, como en otros principios de la pedagogía, se encuentran los Objetivos de la Educación Física, entre los cuales se encuentra la necesidad de impartir la Educación Física como un proceso sistematizado; en el cual destaca que: una de las tareas fundamentales y específicas de la Educación Física es enseñarles a los estudiantes nuevas destrezas motoras.

En la actividad de cualquier persona, incluyendo al alumno, tienen mucha importancia no solo los conocimientos sino también los hábitos y habilidades.

Entendiendo por habilidad a la capacidad del hombre para realizar cualquier operación (actividad) sobre la base de la experiencia anteriormente recibida; y por hábito,  a la acción que se caracteriza por un alto grado de asimilación. Y para ello, la formación de hábitos y habilidades se realiza en el proceso de ejercitación; entendiendo por esta última a la realización repetitiva, planificadamente organizada de una operación (mental o práctica) con el objetivo de dominarla o de elevar en calidad.

Por su parte, el Diccionario Academia (1994, p. 211) señala que el hábito se entiende como costumbre adquirida por la repetición de los actos de la misma especie.

Conforme lo anterior y considerando al hombre como poseedor de hábitos y que por ello trabaja automáticamente y por lo que, en la realización de  operaciones es difícil encontrarse en el control consciente; es que, en relación con la reestructuración  del contenido de la enseñanza, tiene una gran importancia en la actividad del alumno la formación de diversas habilidades que le ayuden a vencer dificultades y le permitan no sólo asimilar y utilizar los conocimientos sino saber adquirir los mismo. Sin la adquisición de estas habilidades, los alumnos no pueden avanzar en el camino que conduce al dominio de los conocimientos.

Seguramente el camino para la formación de los hábitos y habilidades es un medio dirigido por la enseñanza. La adquisición de hábitos y habilidades por este camino se caracteriza por la gran conciencia, flexibilidad y el sólido resultado, por la capacidad de actuar en condiciones cambiantes.

La efectividad de los ejercicios en la formación de hábitos y habilidades depende mucho de la metodología de la organización de la enseñanza.

Para López y Vega (Vf, p. 29), La concepción básica acerca de la esencia del proceso pedagógica radica en el desarrollo del hombre en la sociedad Y como consecuencia de ello, la acción pedagógica adquiere un rol protagónico que se materializa en la Clase, como la forma fundamental de organización del proceso enseñanza-aprendizaje; o bien como propone Torres (1998, p. 23), La clase es la célula del proceso educativo, en ella convergen y se conjugan los conocimientos técnicos, pedagógicos, biomédicos y psicológicos, así como la habilidades didácticas y organizativas del educador para interactuar con los múltiples elementos que participan en el proceso enseñanza-aprendizaje.

El lugar preponderante de la Clase se fundamenta en el hecho de que en ella se dan las condiciones necesarias para fundir la instrucción y la educación en un proceso único que permite dotar a los alumnos –mediante una labor planificada y sistemática-, de hábitos y habilidades motrices, deportivas, capacidades perceptuales, físicas y cognoscitivos-afectivas; así como cualidades morales individuales y sociales de la personalidad.

Sin embargo, el hecho es que en la mayoría de los casos, sólo se imparten de una a dos clases de educación física por semana –de acuerdo a Torres (1998, p. 23)-. Estos motivos influyen poderosamente en los escasos resultados que a través de la educación física se logran en los alumnos, tanto en el desarrollo psicomotor como en el rendimiento físico, pues el poco espacio considerado en el currículo para las clases de educación física limita los efectos psicomotrices y morfo-funcionales, debido a la escasa estimulación y a la imposibilidad para administrar una conveniente dosificación del esfuerzo, acciones esenciales para propiciar el desarrollo psicomotor, estructural y fisiológico del educando”.

Para elevar la efectividad de la clase de educación física, como la vía que permita alcanzar índices cuantitativos y cualitativos superiores relacionados con el desarrollo físico-funcional y psíquico de los escolares, es necesario –entre otras cosas- incrementar el número de sesiones de educación física por semana. De tal modo que, al ser el hombre y su desarrollo el objeto de la educación física, y ser éste a su vez el sujeto activo en el proceso de su propio desarrollo físico, el trabajo en la Clase tiene que encaminar a la formación integral de la personalidad, sin descuidar ni dejar de tener como centro y objetivo principal dentro de un enfoque multilateral, el aspecto físico.

Pero, para que un enfoque multilateral de la clase de educación física se corresponda con los objetivos sociales de formar jóvenes saludables con un desarrollo multivariado de sus habilidades y capacidades físicas y que eviten los males propios del sedentarismo.

Y la obesidad, con amplios conocimientos de sus recursos físico-funcionales y elevados valores morales; jóvenes tenaces, perseverantes, modestos, con una voluntad inquebrantable que les permita vencer las dificultades; jóvenes con valores estéticos incorporados y con hábitos de práctica sistemática de actividades físico-deportivas y recreativas que les permitan un uso racional y satisfactorio del tiempo libre; jóvenes capaces de lograr una alta productividad en las tareas del desarrollo económico de su sociedad, es necesaria la disponibilidad de tiempo suficiente y la organización metodológica correspondiente para su consecución.

La materialización de este enfoque multilateral en la clase, requiere que en cada una de ellas se cumpla con las funciones pedagógicas de instrucción, educación y desarrollo, lo que significa solucionar una gran numero de tareas que no será posible si no se cuenta con el número necesario de sesiones semanales que permitan al alumno adquirir sólidos conocimientos, hábitos y habilidades practicas relacionados con la actividad físico-deportiva y recreativa, a la vez que lograr un amplio desarrollo de la capacidad de rendimiento físico y que se formen en ellos valores morales y sociales de la personalidad y se contribuya a un óptimo desarrollo morfo-funcional y psíquico. Es decir la Clase de Educación Física es el factor esencial, es la forma organizativa fundamental dentro del sistema de actividades docentes de carácter físico-deportivo que permitirá el logro de los objetivos educativo-formativos.

Si entendemos a la Clase de Educación Física en su sentido de que es una representación sustancial de enlaces internos necesarios que determinan su dinámica y el orden de organización; esto es,  un enlace lógico entre las influencias de la ejercitación física y sus efectos, entre los distintos componentes del contenido, fases del proceso y marcha del buen desarrollo físico e integral del educando, entonces se puede comprender la importancia y necesidad de contar con un mayor número de clases de educación física por semana.

Para comprender la esencia del proceso de los enlaces internos que determinan su dinámica y el orden de organización,  es necesario hablar de la integridad del proceso educativo, el cual se asegura sobre la base de una determinada estructura, la cual representa un orden relativamente estable de unión de sus componentes (partes, aspectos y eslabones),  la correlación lógica de uno con el otro y la sucesión general, la cual se caracteriza por lo siguiente:

·         El orden conveniente de la correlación de los distintos aspectos del contenido de la formación física del alumno (tareas específicas de la educación física: Aprendizaje de las acciones motoras, educación de las capacidades físicas, formación de cualidades volitivas, crear el hábito del ejercicio físico para toda la vida y desarrollar el placer por la actividad física)

·         Las correlaciones imprescindibles de los parámetros de la relación trabajo-descanso (características cuantitativas del volumen y la intensidad del trabajo y de los periodos de recuperación entre clase y clase) y,

·         La sucesión determinada de distintos eslabones del proceso educativo (sesiones por semana, mes y año escolar, niveles y grados educativos >educación inicial, preescolar, primaria. Secundaria, etc.>,  que son fases o etapas del proceso dado o que manifiestan su modificación normal en el tiempo.

Si a ello e agregamos además que existe un principio didáctico  denominado principio de continuidad, el cual nos dice que existen tres normas principales para el logro de sus objetivos educativos a saber:

1.      El desarrollo físico del individuo se organiza en sesiones que duran uno o muchos años las cuales garantizan una mayor eficacia en el proceso formativo

2.      El lazo entre los eslabones de este proceso se asegura sobre la base de la sucesión ininterrumpida de los efectos próximos, resultantes y acumulativos de la ejercitación. La influencia de cada sesión ulterior se materializa a base de las “huellas” de la sesión anterior; es decir, gracias a los cambios positivos operados en el organismo (ya sean de carácter fisiológico, bioquímico, morfológico, psicológico o actitudinal)

3.      Los intervalos de descanso entre las sesiones de clase se mantienen dentro de los límites que garantizan el desarrollo físico consecuente.

Por consiguiente, el sentido de manejar un régimen compacto de los periodos de trabajo y descanso, consiste en la exigencia de no permitir intervalos demasiado prolongados entre clase y clase, para asegurar la continuidad de la influencia positiva del trabajo y crear con ello  las condiciones para el progreso ininterrumpido.

El sentido de estas normas se materializa en el sistema de sesiones regulares cuyos rasgos concretos están condicionados  por varias circunstancias que influyen sobre el régimen de organización de la clase: nivel inicial del estado de salud y físico de los alumnos, las particularidades individuales de restablecimiento después de las cargas físicas dentro de la clase y sus ritmos de desarrollo, el tiempo que se dedica a la práctica de ejercitación física, etc. Por lo que en todos los casos se deben organizar las clases de tal modo que se asegure en mayor grado la sucesión posible de estas en las condiciones concretas dadas y el efecto positivo de las mismas y reducir al mínimo el retroceso o carencia de ellas.

En la vida moderna, las sesiones diarias o más frecuentes de las clases de educación física son indispensables debido a que se adquieren rasgos de un proceso verdaderamente continuo y necesario dadas las condiciones de sedentarismo y  falta de estímulos hacia la práctica sistemática del ejercicio y a problemas de salud pública tales como la Obesidad, la Diabetes, la Hipertensión y otra serie de problemas asociados a la inactividad física y a los malos hábitos alimenticios.

La necesidad de una mayor frecuencia de sesiones (clases de e. f.) está condicionada también por la multitud y variedad de tareas a desarrollar dentro de las mismas y a los efectos que se busca alcanzar no solo desde el punto de vista físico, sino y sobre todo, desde el punto de vista de la formación y educación integral del hombre. Así mismo, es evidente que con el incremento del número de clases  aumenta la posibilidad de asimilación, reestructuración oportuna  y formación de hábitos y habilidades así como la adquisición de conocimientos, valores y actitudes, gracias al valor o efecto acumulativo de las mismas.

En este mismo orden de ideas y de acuerdo con Richmond (2000, p.18) en su obra introducción a Piaget, El desarrollo de la inteligencia tiene como punto de partida los modelos innatos de conducta (succión, presión, una tosca actividad corporal, etc.), a los cuales se le conoce en el medio biológico como reflejos innatos o incondicionados, mismos, que pueden ejercitarse (y de hecho se hace), sobre cualquier tipo de objeto; y, al hacerlo, se están adquiriendo las primeras experiencias que permitirán formar o fortalecer las primeras formas de conducta intencional. Y, todo esto, gracias a la repetición de esas acciones, lo cual vendrá a satisfacer las necesidades internas del niño, al ejercitar (repetir) sus modelos de conducta refleja dentro del medio ambiente en que se haya situado, dando por resultado de esta conducta, nuevos modelos de conducta o adaptaciones; las cuales son las primeras formas del desarrollo del pensamiento conocidas como desarrollo sensorio-motriz. Esta forma de “experimentación activa”-  nos dice Richmond (2000, p. 24)-, constituye la base de ulteriores cambios.

Del mismo modo y siguiendo la tesis de Piaget –citado por Richmond- que nos dice que la inteligencia es un proceso de adaptación y que dicho concepto es tomado del campo de la biología, el cual se alcanza a través de un juego de equilibrio entre dos procesos conocidos como asimilación y acomodación, y que tanto en el caso de la biología como en el desarrollo de la inteligencia, dichos procesos o fenómenos requieren de toda una serie de repeticiones y ejercitaciones que deberán de presentarse como una sucesión reiterada de experiencias que permitan lograr la adaptación. Por lo que como puede apreciarse, nuevamente estaríamos hablando del Principio de Continuidad como el fundamento pedagógico psicológico para el desarrollo de un determinado habito o forma de conducta; o, como en el caso de Piaget, para el desarrollo de la inteligencia.

 

  FUNDAMENTACION BIOLOGICA

 

De acuerdo a Absialimov (1977), la base fisiológica de cada destreza motora es el estereotipo dinámico motor, que constituye el sistema de las conexiones nerviosas que se forman en el cerebro. Este sistema complejo de conexiones nerviosas, asegura las contracciones y relajaciones sucesivas, vinculadas estrictamente entre sí, de los distintos músculos que participan en la ejecución de la tarea motora dada.

El estereotipo dinámico motor determina todos los parámetros de la actividad motora: la trayectoria de las distintas partes del cuerpo; la duración de las diferentes fases de la acción motora, la magnitud de la tensión muscular en los distintos momentos de un movimiento. Se puede decir que, desde el punto de vista de la fisiología, el estudio de nuevas acciones motoras es el proceso de formación de nuevos estereotipos dinámicos motores.

La formación de nuevos estereotipos dinámicos motores tiene lugar mediante el mecanismo de formación de los reflejos condicionados y está sujeto a una serie de regularidades. De esta forma, una de las condiciones importantes para la formación, y que ha sido también para las nuevas destrezas motoras, es la ejecución reiterada (léase repetición) a través de la cual se puede lograr la destreza para realizar una acción motora dada, con la rapidez óptima, la mínima pérdida de energía y con la exactitud necesaria ( eficiencia y eficacia). Se requiere aun una mayor cantidad de repeticiones a fin de convertir una destreza adquirida en una destreza automatizada (hábito motor), que se caracteriza por la posibilidad de ejecutar una acción motora de forma tal que la vista y la conciencia estén dirigidas no al propio proceso de ejecución de la misma.

Desde que el hábito se elabora, surge la tarea de perfeccionarlo; o sea, de formar la capacidad de realizar una acción motora dada desde distintas posiciones iníciales, con distinta velocidad; para variar, cambiar la técnica de ejecución en dependencia de las condiciones externas y del cambio de situación.  Para darle solución a esta etapa, surge la necesidad de ejecutar reiteradas veces la acción motora estudiada (principio de continuidad), pero en condiciones variadas (principio de variabilidad), en vinculación con otros movimientos anteriormente estudiados.

Los nuevos hábitos motores pueden formarse solamente en la base de hábitos adquiridos de antemano. Cada nueva destreza motora requiere el dominio previo de otras destrezas más simples que le sirven de base.  De esta manera, para estudiar bien las acciones motores, es conveniente elaborar un orden determinado para el dominio de los hábitos motores, que pueda garantizar el dominio consecutivo de las destrezas más diferentes, comenzando desde las más simples y terminando por las más complejas.

De esta forma, para solucionar una de las formas fundamentales de la Educación Física: la enseñanza de las acciones motoras, es conveniente diseñar el proceso de la Educación Física de tal forma, que se asegure por espacio de un tiempo prologado.  Además, en las etapas iniciales de enseñanza debe tener lugar la repetición regular de cada clase, después, cuando se le da solución a la tarea de consolidar la acción ya estudiada, con menos frecuencia, pero al mismo tiempo se iniciará con la enseñanza de nuevas acciones motoras y así sucesivamente.

Además de esto, en el proceso de la Educación Física se puede garantizar en determinadas etapas, la ejecución de acciones motoras en condiciones estándar y en condiciones variables en otras etapas. También se debe asegurar la sucesión vital de la enseñanza de las acciones motoras.

La efectividad para solucionar una de estas tareas principales disminuirá e inclusive el cumplimiento de la misma resultará simplemente imposible si no existe cualquiera de estas condiciones.

De aquí se deduce que la efectividad de la Educación Física sólo se puede lograr cuando existe un sistema complejo y estricto para realizar el trabajo docente-educativo.  Aparte de esto, la necesidad de esta realización sistematizada de la Educación Física está dictada por regularidades objetivo -fisiológicas para dominar acciones motoras nuevas.

Retomando el tema de la Adaptación, es Platonov (1995, p.12) quien comenta: Se suele distinguir una adaptación genotípica y una adaptación fenotípica. La primera se base en la evolución y comprende un proceso de conformación a las condiciones del medio de la población mediante transformaciones hereditarias y de selección natural.  La segunda, la adaptación fenotípica, es un proceso que se desarrolla en el individuo durante su vida como respuesta a la acción de los distintos factores del medio exterior.

 Este concepto para Platonov, es el proceso y resultado durante el cual el organismo se adapta (modifica o cambia) debido a factores de los medios interno y externo; y está vinculado al concepto de estrés; es decir, a un estado de tensión del organismo que aparece bajo la acción de un excitante (estímulo) capaz de provocar una respuesta del propio organismo.  Dicha respuesta puede ser temporal (aguda) o permanente (crónica), dependiendo de la duración del estímulo y los cambios o reacciones que el mismo provoque.

Lo anterior, en el caso de la educación física y el entrenamiento deportivo se representa por lo que se conoce con el nombre de cargas de trabajo o entrenamiento, mismas que son consideradas como el estímulo que desencadena -intencionalmente en nuestro caso-, toda la serie de reacciones o respuestas (ya biológicas {funcionales y/o morfológicas}, ya psicológicas o conductuales) que al paso del tiempo representan los cambios relativamente permanentes que se conocen con el nombre de Adaptación.

Abundando más sobre el tema de las Cargas (y debido a la importancia que estas representan en el tema de este trabajo  < el incremento del número de sesiones o clases de educación física a la semana >, debe señalarse que las mismas se definen como los estímulos o cantidad y calidad de trabajo que realiza el sujeto durante un tiempo determinado, la cual pretende provocar una respuesta o reacción dentro del organismo al momento de haber roto el estado de reposo o equilibrio que este guardaba antes de su aplicación. Lo anterior con el propósito de elevar su capacidad de respuesta y mejorar el estado de salud y condición física del individuo.

Aunado a lo anterior, se debe enfatizar acerca de la importancia de la regularidad entre la aparición de uno y otro estímulo, el tiempo de descanso o intervalo entre un estímulo y otro y la cantidad o intensidad con que se ejecuta dicha acción o movimiento (léase estímulo), ya que de esto dependerán los efectos o beneficios que se puedan lograr. Ello, debido a lo que expresa Forteza {1999, p.7} Hoy día, el entrenamiento deportivo ha sido invadido por una biologización en su metodología, no obstante se ha generalizado la definición de que… “el entrenamiento deportivo es en términos generales un proceso permanente de adaptación a la carga de trabajo” Weineck (1978). Y, continua Forteza (1999) diciendo:

Todos los contenidos de preparación que se aplican en el entrenamiento deportivo están enmarcados en el concepto que se tiene como Carga de Entrenamiento... La carga, sintetiza el contenido de preparación. Los contenidos, a su vez ejercen un efecto biológico de carácter generalmente funcional en el organismo del deportista que los recibe, lo que significa que la llamada Ley básica de entrenamiento sea insustituiblemente la Ley de adaptación biológica o Ley de la bioadaptación.

Sabemos que la adaptación es una posibilidad que tiene el organismo para sobrevivir. Un organismo en estado de adaptación, significa que ha alcanzado un equilibrio entre los procesos de síntesis y degeneración, y permanece en esta situación hasta tanto no se interrumpan las exigencias que demanda el equilibrio. A este equilibrio biológico (entre síntesis y degeneración) que caracteriza al organismo en estado de adaptación se le da el nombre de Homeostasis.

Si algún agente (carga de entrenamiento) interrumpe la homeostasis, el organismo tratará de buscar nuevamente el equilibrio funcional.

Si esta agente estresante (carga de entrenamiento) es desconocido por el organismo, la interrupción de la homeostasis estará determinada por un aumento de los procesos catabólicos o degenerativos, los cuales se mantendrán hasta que dure la influencia de la carga. Casi de forma, inmediata, el organismo responderá a la agresión con un aumento de los procesos constitutivos, generativos o anabólicos (lo que llamamos recuperación) a fin de dar protección al organismo por las perdidas energéticas sufridas ante el esfuerzo realizado por la carga de entrenamiento.

Estos procesos recuperatorios que suceden al ser interrumpida la homeostasis, no sólo procuran volver al punto de partida ante el esfuerzo, sino mas bien, tienden a sobrepasar los niveles iníciales de capacidad, lo que parece ser una predisposición del organismo ante una nueva agresión, fenómeno que conocemos con el nombre de supercompensación.

Lo anterior resume en pocas palabras, lo que se pretende y requiere para lograr los efectos de salud y mejoría física que la educación física persigue; y para ello, como ha podido apreciarse, se hace necesario incrementar el número de estímulos (cargas de trabajo) que permitan desencadenar todas esas reacciones, y ello se logrará sólo con el aumento de sesiones (y de estímulos o cargas de trabajo), es decir, el número de las clases de educación física a la semana.

Resultaría ocioso tratar de reiterar o agregar mayores argumentos a los antes expuestos, en el entendido que cualesquiera que ellos fueran, vendrían a reafirmar lo antes expuesto, ya sea desde el fundamento pedagógico, o bien, del fundamento biológico; por lo que solo restaría agregar a esta argumentación, los aspectos jurídico-normativos existentes, no sin antes advertir  de la necesidad de considerar también los aspectos organizativos, económicos y de recursos humanos especializados que esta propuesta implica. Sin embargo, no por ello se vaya a considerar que esto sea más un impedimento que una oportunidad, toda vez que los beneficios y el impacto social y económico que a la larga ha de redituar, satisface con creces la inversión que la misma demanda.


 

 

FUENTES DE INFORMACIÓN Y CONSULTA

 

1.       ABSIALIMOV, Gairat, et. a, (1977) Instituto Superior de Cultura Física “Manuel Fajardo”, Fundamentos Generales de la Teoría y Metodología de la Educación Física, Capítulos I al VI, Cuba

2.       ACADEMIA AVANZADO, Diccionario de la Lengua Española (1994) Fernández Editores, México

3.       CAMACHO Coy, Hipólito (2003) Pedagogía y Didáctica de la Educación Física, Edit. Kinesia, Colombia

4.       FORTEZA De la Rosa, Armando (1999) Entrenamiento  Deportivo, Alta Metodología: Carga, estructura y planificación, Edit, Komeki, Colombia

5.       MATVEEV, L. (1983) Fundamentos del Entrenamiento Deportivo, Edit. Ráduga, Moscú

6.       PLATONOV, V.N. (1994) La adaptación en el deporte. Edit, Paidotribo, España

7.       RICHMOND, P.G. (2000) Introduction a Piaget Edit. Fundamentos, Colección Ciencia, España

8.       SAVIN, N.V. (1990) Pedagogía, Edit. Pueblo y Educación, Tercera Reimpresión, Cuba

9.       TORRES Solís, José Antonio (1998) Didáctica de la Clase de Educación Física, Edit. Trillas, México.

10.   VAZQUEZ Mota, Josefina (2007) Discurso pronunciado con motivo de la firma del Convenio CONADE-COCA-COLA para la promoción del programa de Activación Física denominado “MOVIMIENTO POR EL BIENESTAR” realizado el 27 de octubre en el CNAR, México.