El amor no espera sentado en la banqueta, cuando mis sueños vagan en las calles, pateando una lata.
El amor no habla con un solo sonido, mientras choca con dos almas solitarias.
El amor se escapa de las manos, inundando mi voz y mi espacio, mientras grita en silencio, el falso apego de la rosa y el llanto.
El amor viaja a través del tiempo, se mueve en la sombra que dibuja un suspiro, se esconde en los ojos del que espera sentado a que sus sueños regresen de vagar en las calles, mientras cansado en la banqueta, patea por última vez una lata.
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