La trayectoria artística de Francesca Guillén es variada: ha hecho teatro, danza, cine, televisión, documentales, videoclips… y, ahora, atendió a la inquietud de promocionar la lectura a través del programa Leo… luego existo. La actriz mexicana hace escala en Colima para ofrecer la lectura “Cuentos Orientales”, de Marguerite Yourcenar. La cita es el próximo 27 de abril, a las 20:00 horas, en el Museo de Artes Populares María Teresa Pomar. Entrada libre. Francesca Guillén –hija del también actor Alejandro Camacho– recibió el llamado de la actuación desde muy joven. Hizo su primera aparición, desde temprana edad, en la televisión: la vimos, en 1989, en la telenovela Mi Segunda Madre; fue, en 1994, una de las actrices juveniles de Agujetas de Color de Rosa y desde allí tomó fuerza para enrolarse en producciones de su interés. Uno de sus proyectos emblemáticos es la obra de teatro “Cada quien su Frida”, dirigida por Ofelia Medina, que se ha presentado en escenarios de México, Cuba, España, Estados Unidos y Dinamarca. También destaca su participación en el proyecto Mosquita Muerta, de Joaquín Bissner; ahí interactúa con actores como Bruno Bichir, Odiseo Bichir y Rafael Inclán. Francesca Guillén ha trabajado bajo la dirección de Eugenio Barba y Aarón Hernández Farfán, entre otros. Actualmente participa, como actriz y acróbata, en el montaje erótico El Placer de Nuestra Lengua, que se estrenó en 2010. Su filmografía incluye Borderland (2009), Mosquita muerta (2007), Tercer orden (2007), Cañitas (2007), Encuentro ausente (2006), Santos peregrinos (2004), Coyote 13 (2003), Así es la vida (2000) y La segunda noche (1999), entre otras películas. Francesca Guillén quiso, para esta ocasión, compartir los “Cuentos Orientales” de Marguerite Yourcenar (Bélgica, 1903 – Estados Unidos, 1987), quien fue novelista, poeta, dramaturga y traductora. Su fama como novelista la debe a dos grandes obras: Memorias de Adriano (1951), reconstrucción histórica realizada con gran celo documental de la vida del más ilustre de los emperadores romanos, así como Opus nigrum (1965), fruto de cuidadosas investigaciones, que gira en torno a la figura del médico alquimista y filósofo Zenón. La obra de Marguerite Yourcenar está cimentada en una vasta cultura clásica. Su escritura –apuntan Patricia Daumas y Silvia Molina– recupera la memoria colectiva, la sustancia del hombre y su pasado. La obra de Marguerite Yourcenar no está escrita para comprenderse sino para imaginar. |