Por: María Eugenia González Pereyra

Cuando un bebé o un niño a corta edad se ve o se percibe a sí mismo como separado de sus padres vive una soledad extrema, a este hecho se le ha llamado “El movimiento interrumpido”.- es el que se produce al nacer o en los primeros años de vida. Se da cuando el movimiento natural de ir hacia los padres fue interrumpido, por la separación temprana del vínculo afectivo.

La interrupción pudo ser ocasionada por nacimiento por cesárea, nacimiento anticipado con la respectiva separación de la incubadora, muerte de la madre en el parto, o de uno de los padres antes de los 7 años, separación por unos días (o definitiva), o divorcio de los padres en condiciones difíciles que impiden el contacto con los mismos.

¡Sí!e sobrevive y, crecemos con la creencia de que todo está bien, que lo hemos superado o incluso ni siquiera lo recordamos, pero algo de repente no va bien en nuestra vida cotidiana…

…las relaciones de pareja son difíciles o inexistentes… el compromiso es un tabú y sin ser consientes no somos dichosos; claro es que siempre encontraremos un pretexto para justificar el por qué no tenemos una relación sana y confiable, culpamos a otros o a las circunstancias, justificamos fingiendo antipatía por una relación de compromiso, vivimos sin saberlo en negación; escondemos el verdadero dolor; somos magos y campeones en argumentar para pintar de bonito lo que tú y yo sabemos duele. “vivir en soledad” puede ser incluso dentro de una relación… SI en una “relación en donde no hay ternura, comunicación, apoyo mutuo, donde se cumple un deber y mostramos una imagen de éxito falsa o, ser saltamontes romantico de relación fallida en relación fallida o, avestruz sexual en una abstinencia que alega santidad y solo es la máscara de un miedo atroz a intimar profundamente… o aún más peligroso: de relación fugaz en relación fugaz, donde nos desnudamos el cuerpo y perdemos la entrega comprometida y sagrada... Y si engendramos hijos, en el fondo tenemos miedo pues no sabemos cómo acercarnos ya que no lo aprendimos bien.

Sólo quien se atreve a mirar hacia dentro es capaz de abrir la posibilidad de una vida sana y adulta, de lograr una opción distinta a sí mismo y a sus hijos que quizás sea con un resultado llamado felicidad.

Las señales visibles de que tenemos movimiento interrumpido son varias, sin embargo destaca principalmente la desconfianza constante en lo que hacemos y/o en lo que hacen los demás, hay una imposibilidad de confiar hasta en "la propia sombra", son personas "que ni sienten ni padecen", sus manos tienden a ser frías, así como su expresión facial.

La técnica en terapia para hacer del movimiento interrumpido una posibilidad de crecimiento y tornarlo de lodo en oro; para reconectarnos con el mundo; abarca varios niveles a ser trabajados con la guía de un consejero y terapeuta especializado:

1-Nivel material: El contacto piel con piel nos permite reconectar el vínculo dañado sensorialmente.

2-Nivel creativo: se desbloquea el fluir del amor, y se posibilita la posibilidad de sanar el alma.

3-Nivel emocional: se recuerda el impulso hacia la vida y retomamos su fuerza.

4-Nivel mental: se recrea el movimiento continuo y se refuerza por medio de un anclaje.

Todos necesitamos el contacto íntimo con el latido de mamá. Ese contacto íntimo y continuo, que el niño establece con la madre en el primer año, es el que prepara su corazón para lo que le pueda pasar en la vida. Los niños que sufren una separación temprana del latido (y calidez) del corazón de mamá, mantienen su corazón subdesarrollado (aunque demuestren lo contrario, aquí estamos hablando de los niveles profundos del ser y de la verdad), esos vacíos son como carnada para los depredadores o esculpen a un depredador, todo depende de cómo aprendamos a sobrevivir. Aquí es donde surge la víctima y el verdugo, el don juanismo o la promiscuidad, la incierta paradoja del amor de mentira...

Estas personas son desconfiadas, por lo que tienen dificultad para abrir su corazón. La preparación que les permitiría sintonizarse, y vibrar con otro corazón fue interrumpida. ¿Cómo podrían vibrar con el corazón de otra persona que no es la madre? ¿Por qué me han de valorar, si ni mi madre o padre o ambos me valoraron o amaron?

Luego, buscan a la madre en otras relaciones. Especialmente, en la relación de pareja. Intentan suplir lo que anteriormente les fue negado; son exigentes, demandantes, controladores, celosos y desconfiados. Así, alimentan su miedo de entregarse. Confiar en el amor es una tarea ardua, y sólo lo logran con mucha dificultad. En ocasiones, la persona buscará y hará de sus hijos (a falta de un objeto de amor permanente) los representantes de sus padres o de alguno de ellos, arrebatándoles la posibilidad de vivir su propia vida, es cuando el padre o madre o ambos son con los hijos: exigentes, demandantes, controladores, celosos y desconfiados. Los hijos desde su amor e inconsciente tomaran ese lugar por amor al padre carente, sacrificando su vida y siendo buenos hijos…Que egoísmo tan grande permitirnos por ciegos y cobardes, el robarle la vida a nuestros hijos.

Los hijos nos fueron confiados por Dios para nutrirlos y darles herramientas sanas, que les permitan elegir con consciencia su destino y con la capacidad de vivir una fe cierta y adulta; en ningún momento Dios nos permite ser padres para tener hijos esclavos cuidando de sus padres y responsables de su felicidad, ni cuando jóvenes ni cuando viejos esto es válido… Los hijos son para nutrirlos y cuando tengan plumas ayudarles a volar…. No son nuestras damas de compañía y no nos deben nada; la vida se las dio Dios y nosotros los padres somos solo los adultos a cargo y a quienes nos confiaron su crianza… de adultos son ellos con las herramientas recibidas y Dios en su camino los que determinan y eligen.

El abrazo de contención (una técnica de terapia) restaura el flujo del amor antes interrumpido, y nos deja libres para ir hacia adelante en las relaciones, en sintonía con la vida. Sintonizarnos con la vida, nos permite reconciliar el movimiento de unión intrauterino con el movimiento de separación fuera del vientre de mamá, más allá de nuestra piel. Cuando abrazamos a otro, retomamos el contacto de piel a piel con la madre. Regresamos a la seguridad que sentimos al estar acurrucados en los brazos de ella. Otra técnica ideal para solucionar y dar cabida a mejores creencias y hábitos, esas que nos dan bienestar; son las Constelaciones familiares en grupo o en terapia privada.

Atrévete, busca y selecciona una terapia y un terapeuta que te acompañe, que te ayude a mitrar sin sufrimiento a enfrentar y solucionar tus huellas y heridas.

Terapia y acompañamiento psicologico y emocional para modificar las creencias que nos limitan y superar las huellas de abandono.

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