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| Por: María Eugenia González Pereyra |
| ¿Alguna vez has escuchado a alguien decir: “Tengo mala suerte en el amor, siempre me enamoro de los malos…” ¿Lo has dicho, pensado, sentido, creido tú?...
Hoy para proponer un tema de charla y de reflexión me vino a la mente algo a lo que yo llamo la postura y síndrome de “Caperucita Roja”: Una –pobrecita- niña que aún bajo advertencia y con el pretexto de ser una buena niña con su desvalida abuelita y hacer ella la visita en el lugar de su mamá… se metió en el territorio del lobo “malo” a veces creo que sin darse cuenta perdió el tiempo cortando flores para “tener que” usar el camino peligroso y así platicar con el lobo. Todos sabemos que paso tanto con la chiquilla de la capa roja y con la suerte que recibió Lobo; lo mataron por hacer lo que ahí, en su mundo se hace; lo maldijeron infinitamente; lo desterraron de la vida… Nadie le ofreció una terapia o le pregunto la razón de su “malosidad”, o la razón de su tendencia de depredador, siguió a la presa a la que le dio dato y seña de cómo y a donde iba; es como si ella le hubiese dicho:
Mataron y nombraron: enemigo #1 de todas las niñas buenas al desdichado Lobo Feroz. Recordemos que en ningún momento entre Caperucita y el Lobo hubo algún dialogo o hecho que demostrara nada que pueda ser interpretado como violencia familiar o violencia contra la mujer. En el cuento el lobo estaba en su lugar, nunca antes supo que existiera semejante y dulce criaturita a quien todos querían y llamaban Caperucita. En el que a mí me contaron, ella es la que sabía lo peligroso que era y donde vivía el lobo; solo ella entro al bosque, fue la que corto flores para que el notara su presencia, la que le saco platica y con vocecita frágil le dio santo y seña de a dónde podía herirla. Y en vez de decirle porque ella tuvo responsabilidad en lo que pasó, prefirieron solo seguir tratándola como víctima; ella, feliz de serlo porque así la siguen cuidando y nada hace todo pide. Siempre habrá un leñador al rescate, así sin nombre pero que viene a salvar a la indefensa. Cuando la amenza es real que lindo que nos apoyen, pero de ahí a vivir siendo una caperucita……..
¿Te sorprende como se mira desde este punto de vista la historia que todos conocemos? Pues a mí me sorprende más que aun existan caperucitas que destruyen al lobo, que ponen a pelear al malo con el héroe y cuando el héroe las cacha como manipuladoras gritan pidiendo auxilio y llega otro valiente. Así logro ganar y no tener que crecer, eso es lo que en psicología y desarrollo humano llamamos “recompensas secundarias” El peligro es atractivo, hay una o varias razones por las cual a veces se prefiere estar en el peligro de ser devoradas a cambio de algo. ¿No será que escogemos lobos para que ellos hagan el trabajo sucio por nosotras? Cuando nuestra autoestima es baja o las culpas se arrastran, a veces buscamos el castigo y usamos a los lobos como castigo, o… Cuántas mujeres conoces que intuyen que su pareja no es honesta o es infiel o anda en malos negocios; y se quedan calladitas (así dicen se ven más bonitas) y prefieren dejarlo que haga lo que quiera antes que tener que hacerse responsables e independientes.
¡¡¡Pero por favor!!! Si no hay nada más lindo que crecer juntos, que reflexionar juntos; cada día encontrar el camino a la espiritualidad, tener un objetivo en común, trabajar y compartirse desde la equidad con respeto… así es la dicha real, la armonía del hogar y el nido en los brazos al amar. La cuestión es saber por qué -está bien lo acepto, también está la atracción y el coqueteo al lobo y la adrenalina de una noche de copas de árboles en el bosque- pero aun así la noche de copas es una forma de autolastimarnos. Bueno, les decía descubrir que hay que saber si las caperucitas de la vida ¿son o se hacen'? para no ser responsables… el precio es caro, es ser la mala disfrazada de buena y vegetar una vida. Caperucita obtiene la lastima y atención, los cuidados y el menosprecio de sus habilidades; oficialmente es: una pobrecita, incapacitada, vulnerable y necesitada de cuidados, protección y manutención. Algunas caperucitas son calculadoras y lo hacen con conciencia… Hey con cuidado aquí, por favor permítanme explicarme y ser clara: no quiero con esto decir que las personas que son abusadas lo merezcan… ojo el abuso y la violencia, el ultraje y la humillación no las merece nadie: En ninguna situación o circunstancia -cabe usar la palabra: “jamás” será válido o justificable que una persona abuse de otra; independientemente del grado de abuso, el abuso es una elección que esta fuera del amor eterno e incondicional. El abuso no es de Dios y si del infierno personal. Así que está acordado, a caperucita nadie la manipulo hasta dejarla confusa para entonces maltratarla. Ese es otro asunto, que dejo para abordarlo en otra ocación.
¡Sí se puede ser dichoso, tener fe y crecer! te lo aseguro. Mira que yo de eso, algo sé. ¿Qué pasaría contigo? si te digo que no es que te toquen los malos a ti, más bien es que tú los buscas consciente o inconscientemente y que tu razón merece respeto y atención. |
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