Ruy Pérez Tamayo, profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, inició el curso ARS Médica Mexicana que consta de cuatro conferencias, del 28 al 31 de mayo en la Universidad de Colima. Ayer por la mañana impartió la primera conferencia, “Las transformaciones de la Medicina” en el auditorio de la Facultad de Psicología. Dividió la conferencia en los temas: el desarrollo científico de la Medicina, la transformación de la Medicina, la transformación social de la Medicina y la transformación económica de la Medicina. La Medicina ha alcanzado un desarrollo notable, pues dijo que hoy es posible prevenir la aparición de muchas enfermedades, curar las que antes eran incurables, evitar muchas muertes que antes eran prematuras o inevitables. Sin embargo, comentó que han surgido problemas que hacen difícil el acceso de grandes sectores de la población a la atención médica que requieren. Indicó que la transformación científica se inició en 1543, con la publicación del libro de Andreas Vesalio, obra que rompe con una tradición de más de mil años al basar el estudio de la anatomía humana en la observación directa del cadáver. Posteriormente, Willam Harvey publica otro libro donde introduce el método experimental en el estudio de los fenómenos biológicos. Señaló que la transformación de la práctica de la Medicina se basa en el estudio científico de las enfermedades y de las distintas medicinas terapéuticas del mundo que se han hecho poco a poco. Además de que la medicina científica, comentó, ha competido con otra medicina más antigua que ella que se conoce como medicina tradicional, que incluye a los curanderos, espiritistas, brujos, hierberos, entre otros. La transformación científica de la Medicina fue un paso fundamental para su progreso que permitió alejarse de la esfera sobrenatural y del budismo para iniciar el largo camino de aprender a distinguir la realidad tal y como es. En la transformación tecnológica, indicó que hasta el siglo XVII los médicos usaron únicamente sus cinco sentidos para examinar a sus pacientes; escuchaban lo que los enfermos les decían sobre su padecimiento, veían y olían al enfermo y sus secreciones, sentían su pulso y palpaban su frente y cuello para apreciar temperatura y humedad, y a veces buscaban ciertos puntos dolorosos en la anatomía de sus clientes. La tecnología médica moderna, dijo, se puede caracterizar como el uso de distintos instrumentos y diversas fuentes de energía para amplificar la percepción sensorial del médico, y nació en el año de 1816 con la invención del estetoscopio. Desde 1816 a la fecha, la tecnología diagnóstica ha crecido en forma notable, con instrumentos como esfigmomanómetro, espirómetro, oftalmoscopio, laringoscopio, termómetro, rayos X y electrocardiógrafos. Uno de los mayores impactos de la tecnología en la Medicina, comentó, fue la introducción de los rayos X en 1895, con lo que surge la posibilidad de reproducir la imagen revelada por los rayos X que permitía a los médicos en toda la historia por primera vez examinar el interior del enfermo sin necesidad de que éste estuviera presente. Comentó que los primeros laboratorios de análisis clínicos se iniciaron a mediados del siglo XIX. En la cirugía los adelantos tecnológicos han sido extraordinarios y han permitido intervenir con muchos mejores resultados en todas las partes del organismo, como en neurocirugía, en cirugía cardiovascular, en cirugía oftálmica, entre otras. Con respecto a la transformación social de la Medicina, comentó que desde sus inicios y hasta principios del siglo XI, la Medicina fue una actividad preferentemente privada que se ejercía en la casa del paciente o en el consultorio del médico. En el siglo XVII surgieron los primeros hospitales. Añadió que en 1883 se aprobaron las leyes del seguro en contra de accidentes industriales y de enfermedad, incluyendo atención maternal y funeraria, las cuales son las antecesoras de todas las leyes de seguridad social del mundo de Occidente. Indicó que la socialización de la medicina resultó un amplió incremento de la demanda de servicio que sorprendió a los planeadores del sector público por su inesperado tamaño. En México, a partir de los años 60, las salas de espera de los hospitales del IMSS, del ISSTE y de otras instituciones similares están repletas de pacientes, hay largas colas en todas las ventanillas, los enfermos esperan semanas o hasta meses para ser internados y operados. Indicó que la atmósfera que prevalece es de desánimo, frustración y crítica, tanto en el público usuario como en muchos miembros de las instituciones. “No sorprende que con frecuencia se hable de la deshumanización de la Medicina y de la pérdida de muchos de los aspectos positivos de la antigüedad en la relación médico-paciente, que ya no se da en los laberintos creados por la masificación y la consecuente burocratización de los servicios”, dijo. Por último, de la transformación económica de la Medicina, indicó que surgió a partir de la mitad del siglo XX y que, a pesar de ser la más reciente, parece ser la más grave porque pone en duda la viabilidad misma de la profesión. En toda su historia, más de 35 siglos, la medicina nunca fue cara, nunca estuvo ausente de las clases menos privilegiadas, el médico cobraba de acuerdo a la fortuna del paciente y de la gravedad de la enfermedad. Señaló que actualmente los médicos cirujanos cobran más que los internistas, fijan honorarios elevados. La Medicina empezó a transformarse en un artículo de lujo cuando dejó de ser un servicio social y se transformó en un negocio, “cuando los empresarios descubrieron que la humanidad doliente es un mercado inmenso y totalmente cautivo para su explotación comercial”, alertó. Por otra parte, en el evento estuvo presente el encargado de la Rectoría, Ramón Arturo Cedillo Nakay, quien dijo que la participación de Ruy Pérez Tamayo siempre ha sido muy valiosa. Hoy martes a las diez de la mañana el conferencista impartirá “Las ciencias biomédicas en la segunda mitad del siglo XX en México”, en el auditorio de Psicología de la Universidad de Colima. |