*UdeC y UNAM, “dos universidades hermanadas por su origen popular y social, así como por su interés creciente en mejorar la calidad académica y en extender su influencia más allá de sus fronteras”: Mario Anguiano.

*“Una de las áreas a las que se tiene que brindar atención prioritaria es a la educación, entendida no sólo como un elemento de equidad social, sino también como un factor determinante del crecimiento económico”: Cuauhtémoc Cárdenas.

*“Frente a las actuales circunstancias, “el involucramiento decidido de las universidades en cuestiones que preocupan a la población es deseable, vital e impostergable”: Cedillo Nakay.

En ceremonia solemne pero a la vez festiva, en la que un sector del público entonó varias veces los conocidos “goyas” universitarios, el rector José Narro Robles, en nombre de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recibió la medalla Gral. Lázaro Cárdenas del Río, que le otorgó la Universidad de Colima por ser “la institución pública de mayor prestigio y trascendencia para la sociedad mexicana en los últimos cien años”.

Durante su discurso, Narro Robles dijo que esta medalla –máximo galardón que otorga la U de C a personas o instituciones que se distinguen por su trabajo en favor del país y de esta casa de estudios– comprometía a los universitarios que él encabeza “a seguir luchando en favor del incremento de la cobertura y la mejoría de la calidad de la educación superior en nuestro país”.

Y añadió: “Hoy, como nunca, tenemos conciencia de lo que significa e importa la educación superior y de lo que significa y la trascendencia que tiene el no alcanzar una cobertura por lo menos del doble de la que tenemos”. Celebró que ahora el bachillerato sea obligatorio y se comprometió también a continuar trabajando en favor de la calidad de la educación; “en este sentido, no puede haber un paso atrás; necesitamos asegurar la calidad de los profesionales que se preparan y forman en nuestras casas de estudio”.

Agradeció a los universitarios colimenses por el reconocimiento y dijo además que las universidades son instituciones donde siguen vigentes los principios de libertad, libertad de pensamiento, de expresión, de investigación y de cátedra, “y quiero confirmar el enorme compromiso que sentimos los universitarios con las causas del país, por preparar recursos humanos con la más alta calidad, por avanzar el conocimiento y por acercar el sentido y el servicio del quehacer universitario a las necesidades de nuestra sociedad”.

Por la Universidad de Colima, el secretario general y encargado del despacho de Rectoría, Ramón Arturo Cedillo Nakay, dijo en su intervención que la UNAM “es baluarte ejemplar de la educación pública, que siempre defiende con firmeza y asume con vocación comprometida, y una aliada estratégica de nuestra vida académica mediante la cooperación fraterna que existe entre ambas casas de estudio”.

Habló de la difícil situación que vive el país, sobre todo sus jóvenes, para los cuales, añadió, la educación debe seguir contribuyendo a su movilidad social. Frente a las actuales circunstancias, dijo, “el involucramiento decidido de las universidades en cuestiones que preocupan a la población es deseable, vital e impostergable. Por eso nos enorgullece recibir al rector José Narro, líder cuya voz es respetada en todos los ámbitos por su autoridad moral y profesional y porque al frente de la UNAM prueba que la educación nunca debe abandonar su condición transformadora para superar rezagos y seguir siendo artífice de la movilidad social para amplios sectores de la población”,

La semblanza de la UNAM estuvo a cargo del profesor-investigador de esa casa de estudios y doctor Honoris Causa por la U de Colima, Ruy Pérez Tamayo, quien ofreció un recuento entrañable de una institución que fue creciendo al parejo de su vida. Recordó los momentos decisivos de la Universidad Nacional, desde su creación en 1910 y comentó que, aunque la suya “no es una universidad perfecta, posee los mecanismos para identificar sus problemas y resolverlos”.

A lo largo de su historia, dijo, “la UNAM ha crecido no sólo en sus dimensiones físicas, sino también en su estructura filosófica y en su significado para México. Lo que en 1910 empezó como un intento de copiar estructuras universitarias europeas, hoy se ha convertido en el núcleo central y en el modelo de la educación superior pública del país”.

Esta metamorfosis, añadió, “no ha sido ni rápida ni fácil, sino todo lo contrario, ha sido lenta y difícil, entre huelgas y protestas estudiantiles, la ocupación por el ejército, la matanza del 2 de octubre, el cierre de sus instalaciones por diez meses y los recortes presupuestales, pero a pesar de todo hoy la UNAM sigue más grande y viva que nunca” y diciéndole a todos “que el camino para un México fuerte en conocimiento es el estudio, la investigación y el desarrollo progresivo de lo mejor del ser humano”.

Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, asistente de honor a la ceremonia, comentó más tarde, en entrevista, que para él “es una gran distinción que la U de Colima me haya invitado, y desde luego un gusto como mexicano y como universitario, que en esta ocasión la medalla que lleva el nombre de mi padre se le haya otorgado a la Universidad Nacional”.

Dijo además, que “el apoyo a la educación en el país es fundamental si queremos salir de la situación que vivimos. Una de las áreas a las que se tiene que brindar atención prioritaria es a la educación, entendida no sólo como un elemento de equidad social, sino también como un factor determinante del crecimiento económico”.

Cerró la ceremonia el gobernador del estado Mario Anguiano Moreno, quien ofreció un discurso detallado y preciso sobre el papel central que la UNAM ha jugado y juega en el desarrollo del país y de Colima en particular.

Sobre el otorgamiento de la medalla, Anguiano Moreno dijo que este hecho “agrega una nueva coincidencia a las dos instituciones, dos universidades hermanadas por su origen popular y social, así como por su interés creciente en mejorar la calidad académica y en extender su influencia más allá de sus fronteras”.

Por último, felicitó a Narro Robles, a quien comparó con Justo Sierra por haber puesto, igual que él, “su inteligencia y corazón al servicio de generaciones enteras. Los colimenses sabemos que usted es un educador que predica con el ejemplo y que siempre habrá en el espíritu de sus alumnos una gota de su alma buena y esa fe juvenil en el progreso, que nunca debe abandonarnos. Sepa usted que cuenta con la admiración y el respeto de los universitarios, de nuestra comunidad y muy en especial del Gobierno del Estado”.

La lectura del acuerdo donde la U de Colima otorga la medalla “Lázaro Cárdenas” a la UNAM fue leído por Luis Fernando Mancilla Fuentes, presidente de la Federación de Estudiantes Colimenses (FEC), organismo que propuso a esta institución para recibir dicho reconocimiento.

A la ceremonia, realizada en el Teatro Universitario, asistieron Miguel Ángel Aguayo, rector con licencia de la U de C; Mely Romero, presidenta del Congreso del Estado; Ma. Guadalupe Vuelvas, presidenta interina del ayuntamiento colimense; Adolfo Domínguez, comandante de la vigésima zona militar; Federico Rangel, secretario de Educación en el estado; Adán Blanco, representante de la SEP en Colima y Leonardo César Gutiérrez, líder del Sindicato Único de Trabajadores de la U de C.